Cuando un sirviente coloca un biombo Shoji dividiendo una habitación,
los que están tras él cuentan con una privacidad absoluta. Se espera que
aquellos que puedan escucharles no lo hagan. Cualquier cosa oída por
escuchar una conversación robada se considera una invención del curioso.
Ningún jurado escucharía tales mentiras.
Por tanto es una práctica bastante común cuando se invita a un adversario a casa proporcionarle privacidad para hablar con sus consejeros, desplegando un biombo Shoji y permitiendo así que la conversación se haga privadamente. El invitado puede hablar con tu tono normal de voz, ya que el biombo le garantiza su privacidad. Los samurais tras el biombo saben que su conversación está siendo escuchada. Es una norma cultura que el señor de la casa use cualquier información que oiga en beneficio propio.
Por otra parte, si no se ofrece un biombo y se ofrece una habitación, se estaría mostrando una falta de respeto. No considerar importante las palabras de un adversario es lo mismo que decir que no es un digno oponente. Este es el agravio más grave, y su resulta es el sepukku o el duelo.
Por tanto es una práctica bastante común cuando se invita a un adversario a casa proporcionarle privacidad para hablar con sus consejeros, desplegando un biombo Shoji y permitiendo así que la conversación se haga privadamente. El invitado puede hablar con tu tono normal de voz, ya que el biombo le garantiza su privacidad. Los samurais tras el biombo saben que su conversación está siendo escuchada. Es una norma cultura que el señor de la casa use cualquier información que oiga en beneficio propio.
Por otra parte, si no se ofrece un biombo y se ofrece una habitación, se estaría mostrando una falta de respeto. No considerar importante las palabras de un adversario es lo mismo que decir que no es un digno oponente. Este es el agravio más grave, y su resulta es el sepukku o el duelo.
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