lunes, 28 de enero de 2013

El samurai y su cabello

El cabello de un samurai es, al igual que su katana, un símbolo de estatus. Tanto es así que lo más normal es que los samurai no se corten jamás el cabellos (excepto para retirar puntas dañadas y demás arreglos por necesidad). Así, desde que nacen, los niños de la casta samurai no se cortan el cabello, pudiéndoselo recoger en coletas bajas, trenzas, moños redondos y demás recogidos. Solo la llegar a la edad adulta (al superar su gempukku) tienen permitido el usar la tradicional coleta alta de samurai, el moño del samurai y todas las variantes de éstos.

Un samurai debe cuidar de su cabello a diario, si bien no lavándolo (que por circunstancias puede no ser posible, así como el aseo del resto del cuerpo), cepillándolo hasta que quede liso y sin nudos, rehaciendo el peinado (en la variante que sea) del samurai a diario. Es una obligación común que, si el samurai está en su hogar, sea su esposa la que se encargue de su cabello (aparte del suyo propio).

Notese que un campesino debe llevar el pelo corto (tal y como se lleva hoy en día), siendo la excepción a esto las mujeres campesinas, que pueden llevarlo largo hasta los hombros, pero no más allá de éstos. Esto es así a cualquier edad del campesinado.

Una excepción a esto son las geisha que pueden portar el pelo tan largo como deseen (sin llevar jamas la coleta o moño samurai, por supuesto). Los actores deberán usar pelucas, de pelo de animal.

Solo hay cuatro excepciones, en las cuales un samurai cortará su cabello.

La primera es en caso de que se retire a un monasterio, momento en el cual se rapará por completo la cabeza, tomando así un estatus visible para todos.

La segunda es en caso de deshonor. Los ronin suelen cortarse el cabello, bien manteniendolo corto después o volviéndolo a dejar crecer. La coleta de samurai así cortada suele entregarse al señor ofendido o al templo más cercano. Hay algunos ronin que se niegan a cortarse el cabello, manteniendo así una pizca de orgullo para consigo mismos. También hay samurais que, al enemigo vencido, le arrebatan aún más su orgullo cortándoles el pelo, que es tremenda humillación.

La tercera es en caso de luto. Una mujer puede cortar su cabello en señal de duelo por sus padres, esposo o hijos, ofreciendo su cabello a la pira funeraria. Samurais también pueden hacerlo con su señor, sobre todo si este era especialmente famoso, honrado o querido, como símbolo de que le acompañarán en su muerte.

La cuarta y ultima es, tan sencillo y tan complicado, como presente entre amantes. Un simple mechón de pelo se considera el regalo más íntimo que se pueda hacer, pues no sólo se regala un trozo de estatus, y del propio samurai, sino que da pie a utilizar magia sobre él, usando el cabello como vía para acceder a su persona más fácilmente (el cabello que se corta, queda en peines y demás, se quema siempre). Es una muestra de confianza casi al nivel de que un Escorpión se desvele ante uno.

En cuanto a los tintes, son los Grulla los que más uso hacen de éstos, al teñir su pelo de blanco plateado en honor a la Dama Doji (aunque los que nacen con el pelo blanco plateado y los ojos azules, los Benditos por Doji, son fácilmente distinguibles de un teñido, puesto que hasta sus pestañas son de un prístino blanco). Los León también suelen teñir su cabello, de rojo o rojo dorado, para parecerse más al animal que los representa. Otros colores de cabello (negro, castaño) son los más comunes, presentándose colores pelirrojos y rubios en los León, rubios en algunos Unicornio (aunque son muchos menos y acompañando a una piel mucho más morena) y albinos (pelo blanco simple y ojos rojos, aunque son considerados de mal agüero).

En cuanto a peinados, cabe destacar el trenzado con cintas de los Unicornio, que trenzan su pelo con cintas de seda de diversos colores, de grosor variable (llegando incluso a portar una coleta de samurai de trenzas apretadas, en lugar de pelo suelto), y del resto de peinados y variantes, hablaremos más adelante.

domingo, 27 de enero de 2013

Gempukku

El Gempukku, la ceremonia más importante en la vida de un samurai, conmemora el paso de la infancia a la vida adulta. Habitualmente, esta ceremonia tiene lugar a los catorce años de edad, aunque, dependiendo de las circunstancias, puede llevarse a cabo antes o después de esa edad (en el caso de un alumno muy prometedor... o en extremo torpe y véase que no será un adulto hasta superar el gempukku, tarde el tiempo que tarde).

Aunque la mayoría de los niños samurai comienzan su entrenamiento bastante antes de esta ceremonia, un samurai no necesita pasar por un aprendizaje; tras completar la ceremonia sus mayores les entregan sus espadas y es considerado, a partir de ese momento, un adulto con todas sus consecuencias. Cabe destacar que esta será la primera vez que el samurai toque espadas reales, y no los bokken de entrenamiento, ya que antes de superar el gempukku se les considera indignos de ello. Obviamente, a los samurais inexpertos rara vez se le dan las mismas responsabilidades que a sus hermanos mayores, pero disfrutan igualmente del respeto y estatus propio de los samurais desde que alcanzan la mayoría de edad.

La naturaleza de la ceremonia del gempukku varía considerablemente dependiendo del clan y la familia.

Mientras que los Doji prefieren realizar la ceremonia ofreciendo una oportunidad para la interacción en la corte, el gempukku de los Hida implica sobrevivir a una expedición a las Tierras Sombrías y regresar con la cabeza de un enemigo. En tiempos de guerra se ignoran a menudo las ceremonias de gempukku; los "futuros" samurais reciben su daisho y son enviados inmediatamente al frente.

Tras la prueba un shugenja bendice al nuevo samurai, y después este anuncia su nuevo nombre. La tradición indica que la elección pertenece solo al nuevo adulto, y suele mantenerse en secreto hasta ese momento de la ceremonia. Este momento siempre resulta de interés para la familia, ya que el nombre escogido y las razones para ello dicen muchísimo del carácter y las aspiraciones del nuevo samurai.

Por esto mismo muchos samurais escogen el nombre de antiguos héroes, de antepasados de gran fama o de samurais a los que admiran. Cabe decir que mantener el nombre infantil (que es raro, pero a veces pasa) se considera bastante inmaduro, no hablando muy bien dicha elección del nuevo samurai.

sábado, 26 de enero de 2013

Abanicos (Anexo II): El Tessen, arma de guerra


Nota: Aunque existen varios tipos de abanicos de guerra, en 5A para simplificar hablaremos únicamente del Tessen, el abanico que imitaba a un abanico normal, corriente e inofensivo. 

El abanico puede parecer un elemento propio únicamente de cortesanos, pero no hay nada más lejos de la verdad. El Tessen, o abanico militar, es de uso prácticamente ineludible por cualquier general que se precie, tanto por su vertiente estratégica como la más simple de ataque y defensa.

Cito de la Wikipedia:

Los abanicos de guerra variaban en tamaño, material, forma y uso. Uno de los usos más importantes fue como un dispositivo de señalización.

(...) Tessen (鉄扇) eran abanicos plegables con radios exteriores hechos de fuertes placas de hierro que fueron diseñados para parecerse a los abanicos plegables normales e inofensivos o sólidos garrotes con la forma y apariencia de un abanico cerrado. Los samurai podían llevar estos a lugares donde las espadas u otras armas abiertamente no eran permitidas, y algunas escuelas de esgrima incluían el entrenamiento en el uso del tessen como arma. El tessen también se utilizó para defenderse de las flechas y dardos, como arma arrojadiza y como una ayuda en la natación.

Para entendernos, un general León que desconozca el uso del Tessen no podrá señalar con propiedad los movimientos a sus ejércitos, que viendo en cambio cómo usa éste, podrían saber qué instrucciones les está dando para la batalla (Nota friki: por eso en tantos manga vemos como el personaje que manda lleva un abanico... es una referencia al Tessen militar imprescindible para los generales).

Pero aparte de ser usado para dar estas señales, también se usa como arma, e incluso para darse sombra cuando los ejércitos combaten al sol (puede parecer banal, pero dado que la mayoría de batallas son en verano, y vistiendo armadura completa, a lo mejor os hacéis a la idea de que no es un uso tan idiota como uno creería en primer lugar). Además, un bushi que vaya a casa de alguien poco de fiar (por ejemplo, ese señor Soshuro que nos ha invitado y cuya hospitalidad no podemos rechazar...), dado que por cortesía no podríamos portar nuestro daisho ya que sería un insulto directo, sí podríamos en cambio llevar nuestro Tessen. A fin de cuentas, no es más que un abanico inofensivo, ¿verdad...?


Bien, en manos de un experto es un arma contundente. Las varillas de acero son pesadas (y un buen entreno constante para quien pretende hacerlo pasar por un abanico común... un excelente efecto colateral, por tanto), y la apariencia de fragilidad del abanico es cuanto menos engañosa. Cerrado, se usa para apuñalar y golpear en puntos dolorosos, incluso si las varillas de acero sobresalen pueden hacer daño cortante y matar al contrincante. Abierto, se usa tanto como escudo, parando flechas, como para desviar golpes, como distracción...

Algo sin duda muy práctico, como bien indica un experto de tessenjutsu, ya que el abanico puede llevarse a cualquier parte.

Para que os hagáis una idea, os aconsejo que os miréis videos de tessenjutsu y de taichi con abanico, ya que la progresión de movimientos, aparte de ser de una elegancia prístina, puede daros una idea mucho más clara de lo mortal (y práctica) que puede ser este arma. Añado los links para que les echéis un vistazo (no soy autora de estos videos ni tengo ningún tipo de derecho sobre ellos, salvo los que me da la admiración por estas ejecuciones. Por si acaso).

 Defensa de doble puñetazo. Con explicación de la técnica.

Katas de tai-chi con abanico. 
Fijaos en cómo usa el abanico cerrado para golpear, y abierto para defender.

El último video os doy el enlace, pq no consigo encontrarlo con el buscador de blogspot, y es mi favorito, sobretodo porque se ve perfectamente el uso del Tessen contra una katana:


Como recomendación, por tanto, os diría que si estáis interesados en llevar militares, aprendiérais a usar el Tessen. Si vais a llevar cortesanos, el Tessen también es una excelente forma de defenderos cuando ya parecía que ese shinobi maldito que ha conseguido atravesar tus defensas iba a acabar contigo... pero es ya más accesorio. Sin embargo, para generales que se precien, es absolutamente imprescindible. Como señalización, como arma de ataque y como defensa, el Tessen es el "elemento decorativo inofensivo" más versátil que vais a tener en vuestras manos.

Para finalizar, y para que comprendáis mejor el tema, un último ejemplo, sacado de las crónicas del Japón medieval. Se dice que Araki Murashige fue invitado ante Oda Nobunaga. Como era costumbre, tuvo que despojarse de su daisho a la entrada de la mansión. Cuando se realizó la acostumbrada reverencia en el umbral, Nobunaga intentó cerrar las puertas corredizas de la sala en el cuello de Araki para partírselo. Sin embargo, Araki colocó su tessen ante sí (como es educado al saludar) en las ranuras del suelo, impidiendo que las puertas se cerrasen del todo y salvando su vida.

Nota final: Mi más sentido agradecimiento a Wikipedia por la información base, y a los esforzados actores de los videos que he puesto de ejemplo. No saco ningún provecho de ellos (sino el méramente estético y didáctico) por exhibirlos desvergonzadamente aquí, así que ruego por favor (onegaishimasu!) que nadie me denuncie por ello.

Duelos y Daisho

Solo un samurai puede portar el daisho, el conjunto de katana y wakizashi. Cualquier otro que ose llevar un daisho o siquiera tocarlo, ha de ser ejecutado, puesto que la Katana representa el honor del samurai y la wakizashi su alma. Por tanto, tocarlas es la mayor falta de respeto posible a un samurai.

El Wakizashi lo llevan todo tipo de samurai, ya sean bushi, shugenja, cortesanos... es un arma pequeña, más orientada a la defensa que al ataque. Los shugenja suelen portarla para defenderse, mientras que los cortesanos suelen preferir prescindir de ella y confiar su defensa a sus yojimbo.

La Katana la llevan tan solo los bushi, dado que si un Shugenja o un cortesano portan una, afirman ante los Kamis ser capaces de defenderse solos y, por tanto, no tienen derecho a elegir un campeón en un duelo. Esto es una actitud muy peligrosa para cualquier shugenja o cortesano, ya que hasta el más novato de los bushi tiene mejor entrenamiento que ellos en el arte del duelo.

Cuando un bushi reta a otro bushi, se suele hacer un duelo de iaijutsu (generalmente a ketsuiki, primera sangre). Un shugenja que rete a otro shugenja suele hacerlo a un duelo de taryu-jiai, un duelo mágico. Los cortesanos suelen resolver sus disputas con duelos de ingenio o artísticos.

En todo caso, el que reta (que debe hacerlo a alguien de estatus igual o menor, pues hacerlo a alguien de estatus mayor se considera deshonroso) deja que el retado decida el tipo de duelo (para un bushi elegir cualquier tipo de duelo que no sea iaijutsu es una muestra de cobardía). Los shugenjas y cortesanos que no porten katana presentarán a un campeón, con el que comparten destino (si el campeón sufre, por ejemplo, un corte en el brazo, el shugenja o cortesano suele cortarse de igual manera... si el campeón muere... seppuku).

El duelo ha de tener testigos y, el que gane, impone su versión del asunto (tenía razón) y se da por zanjado (es terriblemente descortés volver a mentar el tema una vez zanjado).

viernes, 25 de enero de 2013

Relaciones Masculinas en Rokugán


He aquí las cuatro mejores cosas que un hombre puede pedir de la vida:
Salud sin tacha para toda la vida, belleza exterior e interior,
Ganarse la vida honradamente y, mientras se es aún muchacho,
Disfrutar de la compañía de heróicos amantes.

Simonides, sV a.C.

Como en toda sociedad, la homosexualidad existe en Rokugan desde el principio de los tiempos, más o menos encubierta. Cada clan considera el asunto a su manera, aunque en su mayoría están de acuerdo en que, aunque no abiertamente deshonroso, es un asunto privado que debe ser llevado con discreción. Clanes como el del Cangrejo no darán excesiva importancia a una relación homosexual entre dos guerreros siempre y cuando cumplan con sus deberes hacia la familia, léase mientras se casen y tengan hijos para continuar su linaje, mientras que en el Clan Unicornio por el contrario, debido a sus influencias gaijin, la homosexualidad está muy mal vista. Sin embargo, en algunos casos se ha llegado a ritualizar la relación hasta el punto de poder ser abiertamente aceptada.

EL SHUDO

Buda predicó que el monte Imose (metáfora del amor de las mujeres) debía ser evitado, por lo que los sacerdotes del dharma tomaban esta vía como un aliviadero para sus sentimientos, puesto que sus corazones no eran de madera ni de dura roca
Kitamura Kigin, alrededor del 1700

El Shudo, abreviatura de Wakashudo o “Camino del hombre joven”, es un tipo de relación homosexual que es reconocida en algunos clanes abiertamente (sobre todo se dan casos en el Clan León y el Escorpión). Tiene sus bases en el Chigo, o relaciones homoeróticas entre un bonzo y su discípulo, típicas de aquellos monjes del Clan Dragón que no hacen voto de castidad, aunque incluso entre aquellos que han realizado tales votos se dan casos de Chigo, ya que hay quien considera que tales votos se refieren exclusivamente a relaciones con el sexo contrario.

Al igual que en el Chigo, la relación se da siempre entre un hombre mayor (nenja) y un joven (wakashu), y se considera parte de un proceso de aprendizaje con gran énfasis sobre la disciplina y el despertar espiritual, por lo que un samurai adulto, casado y con hijos puede adoptar aprendices y guiarles honrosamente por su formación tanto samurai como sexual sin ser mal visto. Al contrario, en el Clan León se considera que una relación Shudo reafirma la lealtad entre señor y vasallo, por lo que los jóvenes que se convierten en wakashu tienen grandes expectativas depositadas sobre ellos. La relación suele durar muchos años, desde que el joven recibe su moño hasta que cumple diecinueve o veinte, momento en que se le considera un hombre maduro y, por tanto, capaz de tomar y formar a nuevos wakashu.

En la mayoría de casos, tras la relación Shudo, se mantiene una profunda amistad; en algunos, incluso, el vínculo creado es tan fuerte que se convierte en un amor para toda la vida, algo que es altamente ensalzado, ya que se considera que no puede haber relación más pura.

En el Clan Escorpión, aunque la forma es idéntica en todo, no existe la creencia de que el Shudo beneficie unilateralmente al joven, sino que hay asociado un punto erótico y sensual que, aún presente en la costumbre, aquí se agudiza y se expresa de forma inequívoca, en la creencia de que es mejor declarar la parte más “perversa” de esa pasión entre hombre maduro y joven que ocultarla. Al fin y al cabo, el Clan Escorpión se complace en su fama de villanos. Sin embargo, opinan como los Leones que la lealtad puede reforzarse en caso de que esa lascivia no sea unilateral, y por ser la virtud más apreciada entre los Escorpiones, la costumbre se ensalza aún más.

LOS AIBOU – BIDÔ, “La Hermosa Senda”

No puedo creer
  Que estés tan lejos
  Porque yo
  Jamás podré olvidarte
  Y tu cara
  Estará siempre frente a mí

Ise Monogatari, 951

Entre los clanes Cangrejo y Grulla no se considera de forma particularmente positiva el Shudo. A fin de cuentas, un hombre maduro puede velar por el crecimiento físico y espiritual de un joven sin llevárselo a la cama; hacerlo es sólo una expresión de deseo físico improcedente, por tanto. Además, existen prostitutos de género masculino (muchos de ellos Kagema, o actores), por lo que si un sensei Grulla tiene tentaciones respecto a la “carne joven”, está más que surtido sin necesidad de recurrir a unos alumnos que deberían centrarse en otros asuntos.

Sin embargo, y teniendo en cuenta que los matrimonios suelen ser tema de conveniencia, algunos rechazan tener concubinas (algo que puede ser humillante para la esposa) a cambio de seguir el Bido, o “hermoso camino”, que es el consuelo en el amor masculino. En el caso del Clan Grulla, siempre que se sea discreto al respecto, es perfectamente aceptable que dos amigos de siempre, que hayan practicado la disciplina de las armas juntos y estén en un grado similar de desarrollo, tengan este tipo de relación de “profunda amistad”, o lo que sería lo mismo, de amor homosexual. La mayoría de esposas no considerarán su posición atacada por ello, ya que es bien sabido que de estas uniones no pueden nacer hijos; por ello se considera más aceptable que el tener concubinas o amantes geishas, que pueden aparecer con bastardos y acarrear deshonor a la familia.

La diferencia con el Shudo estriba en que, aunque igualmente se considera una vía de crecimiento espiritual, se da entre iguales, o entre hombres que se consideren iguales, no entre un sensei o daimyo y su alumno o sus seguidores. El crecimiento espiritual se deriva de lo que la amistad les haga madurar, no de la enseñanza que aporta un hombre a otro. Si comparamos con la cultura griega, la diferencia sería entre el hábito pedofílico de los atenienses y las relaciones entre guerreros espartanos que se cubrían mutuamente en la batalla, y cuyo ardor en combate se suponía enardecido por el tener a un amante al que proteger.

Entre el clan Cangrejo se dan, lógicamente, mucho más estas relaciones que las del complejo y estilizado Shudo. Entre dos guerreros cuya vida es posible que se extinga al día siguiente es muy normal que surjan vínculos afectivos fuertes, e incluso en el caso de que esta relación sea más o menos pública los de las familias del clan considerarán que no tiene mayor relevancia siempre y cuando los matrimonios funcionen. Al igual que en la antigua Grecia, la bisexualidad no es problema, pero la homosexualidad estricta puede verse como un ataque a la familia, y por tanto a la estructura social, algo no permisible en la rígida sociedad de Rokugan.

Los amantes, tanto en el caso de los Grulla como de los Cangrejo, reciben el nombre de “Aibou”, o compañeros. Un término que también puede traducirse como “amantes” (la palabra se compone de los kanjis “amor” y “pequeño”), pero la acepción suele ser elegantemente ignorada en el caso de los Grulla, y obviada por los Cangrejo.

OTROS CLANES MAYORES

Entre Fénix y Mantis las relaciones establecidas entre hombres no suelen ser motivo de controversia. No porque no existan, o porque se ignore su existencia, sino por el simple hecho de que los Fénix son demasiado espirituales como para dar importancia a la sexualidad como tal, y los Mantis, por ser marineros, consideran que una relación entre compañeros es algo que se hace para pasar el rato o consolarse, sin mayor repercusión. No tienen nombres para ello, ni se molestan en justificarlo ante terceros.

En cuanto a los Unicornio, influenciados como están por las culturas de las Arenas Ardientes, son abiertamente homófobos. Entre ellos la homosexualidad es un tema tabú (salvo entre las Doncellas Guerreras Utaku, que pueden tener “compañeras” en la pura tradición “Aibou”). Esto no quiere decir que no se den casos, por supuesto. Sin embargo, son cuidadosamente ocultos al mundo. No obstante, en muchos casos, con cuidada hipocresía se considera que “homosexual no es el que da, sino el que recibe”.

jueves, 24 de enero de 2013

Duelos

El duelo en Rokugan es el medio más antiguo y respetado de solventar diferencias entre samurai. En un mundo donde cada palabra puede ser tergiversada para traer el deshonor a otro, y donde las artes de la espada son universalmente respetadas, el poder solventar estas diferencias mediante el enfrentamiento y la demostración de la excelencia es vital para que la sociedad funcione. El samurai es esencialmente un guerrero, ya sea con la espada, con la magia, o con la palabra.

Como tal, el duelo va acompañado de un ceremonial y una etiqueta compleja e inamovible, fijada en la tradición durante siglos.

El Duelo a Primera Sangre

Los duelos a primera sangre son el pan nuestro de cada día para todo samurai con honor. Ocurren constantemente, a veces incluso de forma espontánea. En el momento que cualquier samurai ve la necesidad de demostrar que es mejor que el otro, prácticamente siempre recurre a esta modalidad. Es una forma muy preciada de cerrar la boca a alguien más ingenioso/listo/locuaz que tú. Es una forma elegante de conseguir que tus argumentos tengan más peso antes de enfrentarte verbalmente con alguien ("Le ganó en duelo la semana pasada. Es mejor samurai. Fijo que tiene razón"). Es una muestra de respeto ("quiero medir mis habilidades con las tuyas"), una parte del bushido ("quiero ver el estilo de tu escuela"), y un deporte ("Practiquemos"). No requieren permiso de los daimyo (en principio; ver más abajo), no conllevan la muerte de nadie, y son bastante seguros. La mayoría de estos duelos terminan sin que ninguno de los samurai hayan desenfundado sus katanas. Basta con demostrar al otro quién es mejor. No admitir la derrota ante alguien superior es, en estos casos, deshonorable; no por la derrota en sí, sino porque el samurai se está poniendo en peligro de forma innecesaria y está arriesgándose a no poder servir a su señor de forma eficiente.
    Ej. Dos samurai se cruzan, con la misma Gloria, misma posición, misma casta. SAMURAI1 se inclina ligeramente menos que el otro al saludar (falla su tirada de Etiqueta, digamos), y el SAMURAI2 piensa que quizá esté intentando mostrar su superioridad. Se levantan, y SAMURAI2 le pide al otro, de buenas maneras, que le demuestre su postura de escuela. SAMURAI2 accede. Ambos dan un paso atrás, echan mano a sus katanas, y se miran fijamente. Al cabo de unos segundos, ambos se inclinan de forma igual ante el otro, y SAMURAI2 se inclina de forma más profunda, como corresponde a un samurai de habilidad inferior. ¿Qué ha pasado? Un duelo para ver cuál de los dos samurai debía inclinarse más ante el otro. No han pedido bokken, porque ambos sabían que, en condiciones normales, ninguno de los dos iba a llegar a desenfundar. Pero con la sangre caliente y la espada en mano, sabemos que eso no siempre es una garantía... es el riesgo que hay que correr.

Negarse a un duelo a primera sangre siempre resulta en pérdida de honor. No pueden rechazarse sin mostrar a los demás que eres un cobarde. La única manera de evitarlo es utilizar la disculpa de que el samurai tiene cosas más importantes que hacer para su señor que batirse en duelo de prueba por un tema de importancia menor. Esta es una vía argumental muy arriesgada, y aún así quedará como un cobarde.

Sin embargo, hay duelos a primera sangre donde por contexto se sabe que las katanas sí van a abandonar sus sayas (típicamente, duelos para reparar insultos). En estos casos, el 90% de estos duelos se llevan a cabo con bokken; espadas de madera de gran peso, pero que no suelen herir de forma seria. Las pocas veces que se hace un duelo a primera sangre de este tipo con katana, el tema del permiso y el riesgo de muerte "accidental" influyen en la etiqueta. Un samurai que arriesga su integridad física para limpiar su honor cuando su señor puede necesitarle entero se deshonra a si mismo. En tiempos de guerra, suele ser sabio conseguir permiso del daimyo o de un superior para un duelo a primera sangre con katana. En caso contrario, y si el samurai sale mal parado y luego tiene que servir a su señor, puede llevarse un buen rapapolvos o acabar recitando su poema de muerte vestido de blanco con su wakizashi en mano por estúpido.

Además, en los duelos a primera sangre con katana a veces ocurren "accidentes". Si un samurai mata a otro en duelo a primera sangre, puede empezar a desplegar todo su encanto, su peso político y sus koku para apañar una disculpa profusa y convincente. Aún así, la familia del difunto tiene derecho a un feudo de sangre. Además, si su daimyo tiene más Gloria o Posición que el tuyo, es muy posible que le solicite a tu señor, de forma tersa y amable, que te destripes con tu wakizashi para compensar su pérdida. Así que cuidado.

En todo caso, cuando las katanas o bokken están fuera, los samurai se ponen frente a frente, se concentran, examinan, enfocan y golpean. El primero en golpear es el vencedor; el segundo ha perdido, y ya no golpea. Si ambos fallan, se saludan y vuelven a empezar hasta que uno de ellos acierte. Los Akodo y Kakita son notorios por su poca paciencia ante los desafíos largos. Si es uno de los suyos, el daimyo o sensei de estas familias suele interrumpir esta secuencia de patetismo con una orden de seppuku inmediato a su samurai para enmendar la chapuza.

Si devuelves el golpe en un duelo a primera sangre, prepárate a perder honor a mansalva. Eso sí, la hostia se la come.

Los duelos entre cortesanos en forma de competición son también muy corrientes en este contexto. Las complejidades de la corte hacen que estos duelos sean muy sutiles, pero ocurren constantemente; a fin de cuentas, el samurai de corte es un guerrero también, solo que utiliza como armas la astucia y la palabra en lugar de el acero.
    Ej. En corte, el embajador de la Grulla y el del Fénix toman té con el daimyo Escorpión, para conseguir una importante concesión comercial. El Grulla hace un juego de palabras ambiguo, abierto a una posible interpretación ofensiva. El Fénix sonríe y la devuelve, dando a entender que los Fénix siempre han sido más listos que los Grulla en temas comerciales. El Grulla sonríe, y dice que este tema lo podrían discutir con una partida de Go por medio. Durante unas horas, en presencia del daimyo, los embajadores despliegan sus habilidades de Go en un singular combate entre intelectos. Intercambian comentarios hirientes, alguna puñalada disfrazada con una sonrisa, una conversación velada acerca de lo que ocurrirá si uno u otro se llevan la concesión comercial, y mueven sus fichas, Al final, gana el Fénix. Los samurai vuelven a su té y continúan con su charla con el daimyo, pero el Grulla no vuelve a mencionar el tema del tratado comercial. ¿Qué ha pasado? Pues que ha habido un desafío para llevar a cabo un duelo entre cortesanos sobre esta cuestión.

El Duelo a Muerte

Los duelos a muerte son grandes acontecimientos, y ocurren poco. En juego, deberían ser una aventura en sí misma, desde el viaje hasta el lugar hasta su resolución y consecuencias.

Pero recuerda que el Hantei no quiere que sus valiosos samurai se destripen por las esquinas; los necesita vivos para cazar maho tsukai, combatir contra oni, gaijin, naga, recaudar impuestos, mantener a raya a los heimin... en fin, todas esas cosas que tiene que hacer un samurai. Son propiedad del Hantei, y no le gusta que sus juguetitos se rompan. Por lo tanto, un duelo a muerte necesita 2 cosas esenciales:
    1) Permiso de ambos señores: Los samurai son propiedad de sus señores. Para que un samurai arriesgue su vida en un duelo a muerte, debe conseguir permiso de su señor. Si su señor le ordena que se trague su orgullo y rechaza su petición, el samurai debe hacerlo. Si el duelo es por una ofensa con puntos de honor pendientes, el samurai se resta los puntos de honor de la ofensa como corresponda, se traga su orgullo, y tiene derecho a pedir Honor por Comportamiento Honorable.

    2) Un testigo por parte de cada samurai: El testigo debe tener la misma Gloria y/o Posición que el testigo del contrario. Ser testigo para un samurai es un honor, y difícilmente rechazable si se es de un mismo Clan o familia.

Los duelos a muerte suelen ser fijados para fechas muy posteriores al desafío, entre una estación y un año normalmente, para dar tiempo a los samurai a consultar a sus señores, arreglar sus cosas en caso de que mueran, buscar testigos y entrenar a saco para asegurarse la victoria. Se pueden establecer condiciones que tengan que ver con la ofensa o el tema de disputa, pero recuerda que esto es un duelo a muerte, un momento sacro para el samurai.

Rechazar un duelo a muerte es un tema delicado. Como norma general, rechazar un duelo a muerte es de cobardes, y la cobardía es lo más repugnante para un samurai.

Sin embargo, un samurai que rechaza el desafío de otro samurai que es claramente superior (diferencia de más de 2 rangos de escuela) no pierde honor, y trae gran deshonor al que reta (puesto que está siendo un abusón). Al contrario funciona igual; el samurai que se le ocurre retar a alguien claramente superior (diferencia de más de 2 rangos de escuela) se expone a que el retado le diga que vuelva cuando le hayan salido pelillos en los huevos. Claro que, normalmente, cuando un inferior es tan estúpido de retar a un superior evidente, el superior lo acepta y descabeza al gañán sin pestañear. Otra muesca en el cinturón.

Los otros dos argumentos posibles para rechazar un duelo a muerte son:
    1) Diferencia de honor: Se puede rechazar un duelo a muerte si el que reta tiene honor 1 o menos y el contrincante tiene 3 rangos de honor o más y lo sabe (lo siente, saca una tirada de Heráldica u Honor), si no quiere mancillar la espada de sus ancestros con la sangre de un ser tan despreciable. Las repercusiones de tamaña declaración despectiva suelen ser bastante contundentes para uno u otro, y alguno de los samurai involucrados acabará casi siempre en el tatami escarbándose las tripas con su wakizashi, pero eso va más allá del tema del duelo en cuestión.

    2) Mi señor me necesita: Esta línea argumental hay que hilarla muy fina para que no desprenda un tufillo de cobardica (y aún así casi siempre lo hará), y nunca puede esgrimirse después de que se haya obtenido permiso por razones evidentes. "Mi señor me necesita" es difícil de justificar principalmente por que el duelo a muerte puede concertarse para una fecha libre a acordar entre los dos involucrados. Así que ya puedes ser útil a tu señor todos los días del año durante los próximos 5, porque si no no habrá quien se lo trague.

Los shugenja y cortesanos pueden también batirse a muerte contra otro samurai, mediante un campeón. Solamente se acepta un campeón si el samurai en cuestión no lleva katana. Si es tan chulo que porta una espada sin saber usarla, que se prepare a sufrir las consecuencias. El procurar un campeón para un duelo a muerte es todo un arte, y una de las principales preocupaciones de un cortesano. Favores, amistades, lazos familiares... todo vale para asegurar la victoria. El campeón no tiene por qué ser del mismo Clan (aunque no es lo habitual, y correrán rumores y posiblemente algo de honor se perderá por no confiar en los tuyos), y tampoco está obligado a decir quién es su campeón hasta el día antes del duelo, dando pié a múltiples intrigas, accidentes in itinere, muertes naturales prematuras, casos de combustión espontánea y otras cosas bonitas.

Se espera que el cortesano o shugenja que presenta a un campeón comparta su misma suerte. Si el campeón muere, el seppuku de su representado seguirá poco después. Si el campeón sale airoso del duelo, los patrones más honorables cogen su tanto y se hacen las mismas heridas que ha sufrido su campeón después del duelo, en un ritual de estoicismo y dolor acuclillado sobre una sábana blanca que asemeja en muchos aspectos al seppuku. Algún que otro cortesano demasiado entusiasta ha conseguido desangrarse con esta ceremonia, poniendo en un grave aprieto a su campeón... así que si alguna vez te solicitan que representes a un cortesano, asegúrate de que te fías de su inteligencia y capacidades.

Los Shugenja pueden retarse a un Tairyu Iai entre sí, una forma de duelo mágico que sigue exactamente la misma formula protocolaria que los demás duelos a muerte. Sin embargo, el Tairyu Iai sólo se permite entre dos Shugenja, y dos Shugenja solamente.

Y no, no se puede retar a muerte con una competición de origami entre cortesanos. Si eres cortesano, desembolsa tus favores, afina tus contactos, y búscate campeón.

Retar a duelo

Un delicado y estudiado protocolo rodea al reto a duelo. El duelo a primera sangre se suele retar in situ; por el contrario, el duelo a muerte se suele solicitar por escrito. La única excepción son los duelos a muerte en batalla. Estos son, evidentemente, in situ, y no requieren el permiso de nadie, ni tampoco testigos, y el tema del arma a esgrimir se convierte en algo muy relativo (aunque lo honorable es soltar lo que tengas en la mano y tirar de tu katana). Y sí, cosas muy turbias pueden ocurrir en estos duelos.

Fuera del campo de batalla, el que reta a duelo suele elegir el método. En el caso de duelos con armas, no nos equivoquemos; eso no quiere decir que el retador determina qué armas se van a usar. El duelo se hace con katana y es de Iaijutsu. Siempre. Si el retador quiere otras armas, el samurai que recibe el reto puede declinar sin pérdida de honor. O también puede decidir dar una paliza a ese Cangrejo bocazas y correrle a guarrazos con un tetsubo. Pero la opción de siempre acabar frente a frente en duelo de Iaijutsu está siempre ahí.

El samurai retado tiene derecho a elegir el dónde y el cuando. Y su deseo debe respetarse a rajatabla. Más de un bushi habilidoso con la palabra además de con la katana ha usado esta prerrogativa a su favor. Reta a un Kakita con hidrofobia a un duelo sobre una balsa en el Río del Oro, y verás lo poderosa que puede ser esta tradición si es usada con un poco de coco y si estás dispuesto a perder unos poquitos puntos de honor (eso no está bien, y tú lo sabes, malandrín...). O en el dojo de la corte donde reside su Amor Perdido... o su familia, que aún se acuerda de cuando huíste con su preciada hija... Las posibilidades son infinitas...

El Pozo Supurante de fu Leng y las Tierras Sombrías en general son, por cierto, notables excepciones.

El Día del Duelo

Una vez ha transcurrido el tiempo estipulado, los duelistas se reúnen en el lugar acordado el día antes, pasándolo en meditación y rezo y practicando katas. Se espera de los duelistas que compartan un té ceremonial juntos a medianoche, escoltados por sus testigos, simbolizando este momento el encuentro de los dos hombres a las puertas de la muerte, y se espera que todo el mundo se comporte con cortesía y honor. No siempre pasa, claro, pero eso es lo que se espera.

Al día siguiente, a la hora estipulada (normalmente al amanecer), los duelistas y sus testigos se enfrentan y el duelo se resuelve. Los dos samurai se plantan el uno ante el otro, en kimono (siempre) y con su daisho, se observan, y se preparan.

Después de los focos y el golpe, normalmente el duelo ya se ha acabado. Pero cabe la posibilidad de que ambos fallen. Según la tradición, si los dos siguen en pié tras el primer golpe, el elegante duelo se convierte en un vendaval de hostias hasta que uno yace muerto, muerto, muerto. No hay tregua, ni huida posible.

Una vez hay un vencedor, NUNCA, JAMÁS, y BAJO NINGÚN CONCEPTO se hará referencia al tema que llevó a él. Si es cuestión de quién tenía razón sobre un tema, queda claramente establecido, más allá de toda duda honorable. Si el difunto dijo que tu madre era un búfalo de agua, está clarísimo que se equivocaba. El favor de los kami, Amaterasu y Hantei lo demuestran otorgándole la victoria. Todos los puntos de honor perdidos a raíz del desacuerdo/insulto se recuperan de forma automática. La familia del vencido no tiene derecho a solicitar un feudo de sangre. Todos contentos, tema resuelto.

A no ser que uno de los samurai despierte sin piernas y sin brazos, se espera que esté donde tiene que estar a la hora señalada. "Me voy por la pata de abajo", "tengo gripe", "tojó tojó, mami, duele" son todas excusas muy manidas, y hasta el testigo de semejante mariconaza perderá Honor por un tubo. En casos extremos (envenenamiento Escorpión de turno) y demostrables (convence al testigo para que lo esgrima con cara de seriedad frente al otro... jajajaja), puede prorrogarse al día siguiente, pero el evento tendrá un aura de amañamiento y mal rollo que no desaparecerá jamás de la memoria colectiva.

miércoles, 23 de enero de 2013

Misivas

La carrera de resistencia más importante de la Corte de Invierno es el juego de las misivas. Se trata de un juego sutil que no todos los visitantes comprenden ni perciben siquiera. Empero, no debe ser subestimado. La fama y la fortuna de más de un cortesano se han sustentado y se han visto arruinadas por una sola carta; la correspondencia mantenida de una Corte de Invierno puede construir alianzas que duren generaciones o iniciar conflictos que persistan durante siglos. Las cartas son las armas predilectas de críticos y chantajistas. Son el regalo más sutil y, al mismo tiempo, más directo de un amante. Si la política es el corazón de la Corte de Invierno, sin duda las cartas son su sangre.

La redacción de una misiva es tarea delicada. En la corte, nadie escribe una carta como se la escribiría a un amigo, ni como la redactaría un general que quisiera transmitir órdenes a sus soldados. Han de tenerse en cuenta diversas consideraciones y habilidades. La composición es un acto conciso y calculado, una danza cautelosa que pretende entretener, confundir, hipnotizar, seducir y provocar al destinatario. Todas las partes de una carta son igual de importantes. Toadas las partes de una carta encierran simbolismo.

Lo primero es saber elegir el papel. El color sienta las bases del estado de ánimo y transmite emoción, al igual que la textura y el espesor del papel. Un asunto que revista gravedad exige un papel de mayor peso y grano. Para los soñadores y los románticos, podría elegirse el género más fino. El tamaño del papel en relación con el cuerpo del mensaje también ha de tenerse en cuenta. Un pliego de papel de grandes dimensiones que albergue cuatro caracteres contados podría tomarse por un gesto de generosidad (He utilizado todo este papel de sobra, sólo por ti). Por el contrario, un trozo de pergamino atestado de apretados garabatos podría verse como un insulto (No te mereces ni el papel que gasto).

En segundo lugar el contenido es fundamental. La práctica habitual consiste en componer un poema de treinta y una sílabas con una imagen inspirada en la naturaleza, implicando sutilmente la intención del remitente, en lugar de exponerla a las claras. Esto suele tomarse por otro movimiento en el eterno juego de la corte, pero también sirve a un propósito práctico. Las cartas que se escriben en la corte rara vez pueden llamarse privadas. Casi nunca se sellan y casi cualquiera puede detener a un criado en los pasillos y leer lo que vayan a entregar. De hecho, se espera que esto ocurra. Las misivas exhiben la astucia y el ingenio del autor a los ojos de todos; no comunican secretos. Los destinatarios que sepan jugar correctamente a este juego entenderán el significado de la carta aunque el mensaje no sea evidente.

Las pinceladas del autor deberían transmitir el mensaje adecuado. El estilo puede dotar de significado al mensaje, con independencia de cuál sea el contenido. Un mensaje escrito con elegancia podría simbolizar amor, o podría comunicar, sencillamente, que el remitente es culto y adinerado, y que dispone de tiempo de sobra para practicar su caligrafía. La redacción descuidad suele tomarse como un insulto, por lo que los escritores escriben a menudo varios borradores, empleando distintos pinceles y tipos de tinta, antes de elegir la misiva que será enviada. Incluso si se tiene la intención de insultar, la ejecución ha de ser la adecuada.

Por último, el cortesano deberá tener en cuenta el envoltorio de su carta. En Rokugan existen varios estilos tradicionales de plegado de cartas, y algunos clanes han desarrollado sus propias técnicas secretas para exhibir su astucia e imposibilitar falsificaciones; los Escorpión son maestros en este arte, es una hazaña desdoblar una carta de un Escorpión sin rasgarla. La misiva se adjunta a continuación a una flor, rama, varilla de incienso y otro objeto que posea una fragancia particular. De nuevo, la elección del perfume tiene su función, pues suele resumir el tema de la carta. La entrega del mensaje debe recaer sobre el sirviente adecuado. Un criado importante implica que el destinatario es importante a su vez. Un lacayo insignificante implica que el destinatario es de baja ralea. Las cartas de este tipo nunca se entregan en persona; iría contra el espíritu del juego.

Todos los cortesanos están familiarizados con el juego de las misivas; lo aprenden del mismo modo que un bushi aprende a manejar la espada. El juego de las misivas es antiguo, se remonta a los primeros días de la corte del Emperador. Hantei Genji, el Príncipe Resplandeciente, está considerado uno de los jugadores más habilidosos, y se cree que muchas de las tradiciones referentes a la redacción de cartas que practican los cortesanos modernos fueron establecidas por él hace siglos. Una muestra de amor, por ejemplo, podría estar escrita en papel rosado, contener un poema que compara la belleza del destinatario con la de un animal o una flor de su elección, e ir acompañada de una ramita de roble como muestra de la fuerza del amor del autor. Una acusación de cobardía dirigida contra un Cangrejo podría estar escrita en grueso papel blanco (color de la muerte), comprender un poema que describa a un obtuso crustáceo ahogándose en su propia concha, y estar perfumada con almendras amargas. Las posibles combinaciones son innumerables. El cortesano habilidoso sabrá observar el intercambio de cartas e intuir a menudo la intención del mensaje, sin necesidad de abrirlas.

Es de rigor que el intercambio de correspondencias se tome muy en serio en la Corte de Invierno. Toda carta exige una respuesta. De lo contrario, el destinatario admitiría la superioridad intelectual de su autor. El juego suele prolongarse mientras dure la corte, y un cortesano podría mantener docenas de correspondencias simultáneas.

martes, 22 de enero de 2013

Orden Celestial (Anexo)

Cada cosa y cada persona tiene su propio papel en la Gran Estructura Celestial. Todas las almas tienen su lugar, como decretaron los Cielos Celestiales. Aquellos que desafían el Orden Celestial avergüenzan y ensucian el propósito de su propia existencia, una existencia que se arriesga a ser degradada en su reencarnación. El orden social está compuesto por tres grupos:

Samurai. Los samurai ocupan la más alta clase social. Su símbolo es el daisho, las dos espadas, la katana y su hermana menor la wakizashi. Solo un samurai posee o porta tales armas. Cualquier otro ser que ose tocarla o llevarla, será ejecutado. Los testimonios de cualquiera de rango inferior, son ignorados a menos que un samurai desee admitirlos.

El Emperador. Ostenta la posición más alta. Es dueño de todas las tierras del Imperio, y permite su administración a quienes le juran fidelidad, aunque deben pagar impuestos anuales. El Emperador también controla la religión, en esencia es la Voz de los Cielos, el Hijo del Cielos.Aunque las tradiciones y costumbres definen Rokugan, el Emperador es el árbitro final. Cualquier orden que formule se considera inmediatamente Ley Imperial. Al tomar posesión del trono el Emperador abandona su nombre y es nombrado según la dinastía.

Campeón Esmeralda y Campeón de Jade. El Campeón Esmeralda es el guardián de los magistrados imperiales, defensor de la ley Imperial y protector del linaje Imperial. La posición conlleva el respeto del Imperio, así como un feudo de tierras, sirvientes y riqueza. Cuando el Emperador es incapaz de cumplir con sus deberes, es responsabilidad del Campeón Esmeralda mantener a salvo el Imperio.
El Campeón de Jade es el shugenja más noble y poderoso del Imperio, destinado a proteger y servir al Imperio en la lucha contra las Tierras Sombrías y el maho que engendran.

Consejero Imperial. Aunque el Emperador tiene muchos consejeros, para cada aspecto mayor de la corte, el Consejero Imperial es el jefe del concilio de consejeros imperiales. Su trabajo consiste en concertar encuentros en la corte, aconsejar al Emperador y asegurarse de que esté familiarizado con los sucesos imperiales. Por lo tanto tiene un gran poder político.
El Consejero Imperial tiene la capacidad de favorecer u oponer al Emperador, así como de asegurar que un embajador o un mensajero llega al Emperador. Oído y ojos del Emperador, es el cargo, no hereditario, más importante del Imperio. El puesto debe ser votado por los Campeones de los grandes clanes para ser otorgado.

Daimyo. El nombramiento de un daimyo es una de las ceremonias más importantes de la corte. Aunque las casas menores pueden ser ratificados por sus superiores, el daimyo principal de las grandes casas y de los Campeones debe ser ratificado por el Emperador. Mientras es correspondido el título, la persona elegida asume las responsabilidades y tareas de su predecesor, pero actúa con el título de “heredero a daimyo”.
Esto a veces causa problemas. Si el Emperador elige a otro para liderar el clan, seguramente aparecerán diferencias entre el daimyo y el heredero al daimyo que había asumido dichas responsabilidades. Aunque en estos casos el Emperador solo suele elegir a segundos hijos más capacitados, por encima del primogénito, manteniendo la línea de sucesión familiar.

Kuge. La élite de la clase samurai, nobleza heredada o nombrada por el Emperador. Bajo el los Campeones, o señores de los Clanes, los Daimyos, o señores, de las familias Imperiales, el Campeón de Jade, guardián de la magia, el Campeón Esmeralda, guardián de la Ley Imperial, el Canciller Imperial y el Consejero Imperial. Y algo por debajo los Campeones de clanes menores y los daimyos de familias.

Buke. Samurai que no disponen de tierras o títulos, sino que sirven a otra casa portando el nombre de la familia a la que sirven.

Ronin. Los ronin son samurai que por nacimiento, errores o circunstancias no sirven a ningún señor. Sin señor vagan por el Imperio buscando trabajo a cambio de comida y cobijo con el desagrado de los demás. Venden su trabajo o hacen de la rapiña su vida para sobrevivir en un Imperio que no los reconoce y que los considera escoria.

Clero. Compuesta por los monjes, principalmente, de la Hermandad de Shinsei y algunos grupos entre los clanes. El único objetivo del clero es la búsqueda de la Iluminación, y ayudar a los demás con su propia senda. El estudio de los monjes les da una comprensión mística de los espíritus y los elementos que les permite realizar proezas.

Bonge. Campesinos, mercaderes, artesanos... los Heimin, o semi-personas, son aquellos que sirven al Imperio. El mayor rango lo ostentan los granjeros, aquellos que alimentan al Imperio, luego los artesanos y finalmente los comerciantes, pues no crea nada de manera directa. Un heimin puede presentar cargos contra otro, pero no contra un samurai. Un samurai agraviado por un heimin no necesitará de juicio para dictaminar sentencia, aunque el señor del heimin puede pedir explicaciones ante tal hecho. Los heimin actúan de manera extremadamente educada frente a los samurai. Incapaces, en muchas ocasiones, de subir la mirada más allá de su pecho.

Eta. Este grupo esta formado por los hinin, las no-personas, aquellos considerados sucios debido a su profesión, incluyendo a cualquier trabajo relacionado con la sangre y la carne, así como criminales, artistas y holgazanes. No son técnicamente humanos por lo que incluso los heimin abusan de ellos. Matarlos no es crimen pues no forman parte del Orden Celestial. No se le permite hablar a un samurai, salvo que este le de permiso, de hecho evitan los samurai.
Las geishas, también eta, están bajo la protección de un samurai patrón por lo que se considera que cualquier insulto está dirigido contra su señor. Las geishas destacan por su conversación agradable, la danza y la música, y son recompensadas con hermosos regalos por la paz que llevan a los samurai. Incluso un samurai casado no sufre vergüenza por ser relacionado con ellas, siempre y cuando sea discreto. Los torturadores se asocian, frecuentemente con samurai, pues sus esfuerzos complementan el trabajo de magistrados.

lunes, 21 de enero de 2013

Abanicos (Anexo)

Como ocurre con todas las posesiones de un samurai, su abanico señala su importancia y su lugar en el mundo. Los artesanos se valen de la superficie del abanico, a modo de lienzo, pintando hermosas obras de arte utilitario para sus señores. La decoración del abanico puede consistir en cualquier cosa, desde símbolos de clanes a paisajes, pasando por elegantes poemas escritos con la caligrafía más delicada.

El abanico tiene otros usos, aparte de su función primordial y como obra de arte. En la corte, son muchos los que se cubren la boca con su abanico para hablar, sobre todo las mujeres. De este modo, quienes les observen desde el otro lado de un jardín o de una sala, no sabrán lo que están diciendo. Los nobles de la corte han desarrollado todo un lenguaje corporal de gestos con el abanico. Desde el modo en que lo bata un samurai hasta el gesto que utilice al cerrarlo, al señalar con él o mantenerlo en reposo, todo envía mensajes para quien sepa entenderlos (Etiqueta). Algunos son de conocimiento común, como la costumbre de abrirlo y cerrarlo para indicar que la conversación se está volviendo aburrida, o el seco chasquido de un abanico al abrirse de golpe tras recibir un insulto. Otros son específicos de los clanes y familias, lo que les permite comunicar secretos a plena vista sin que nadie más se percate de ello. El clan del Escorpión y la familia Shosuro en particular, disponen de un preciso "lenguaje de abanicos" secreto, que les permite hablar como si estuviesen cara a cara.

domingo, 20 de enero de 2013

Bodas, matrimonios y otros

Por educación y decencia, los hombres y mujeres solteros de Rokugán no pueden estar a solas juntos a menos que estén acompañados por alguien de confianza. Para solventar este problema, una mujer soltera llevará siempre consigo una doncella, callada y discreta, cuya única función sea velar por el honor de su señora. Se supone que el yojimbo de una mujer hace el mismo trabajo, aunque es aconsejable, a su vez, que si el yojimbo es un hombre, se queden a solas el menor número de veces posible (aunque el yojimbo, al jurar protección sobre su señora, lo hace incluso de si mismo, por lo que faltar al honor de su señora sería igual de grave que permitir que la matasen).

Los matrimonios concertador es una práctica tan común en Rokugán que se toma como la norma, y no como la excepción. Lo normal es que los novios no estén enamorados, de hecho es común que ni se conozcan. En caso de que un hombre sea lo suficientemente mayor y aún no tenga un matrimonio concertado, puede comenzar a concertarlo por si mismo (lo que le deja mayor libertad de decisión sobre su esposa).

Una vez acordados los esponsales, a los novios se les concerta una entrevista (en caso de que no se conozcan) para que puedan aprender las cosas más esenciales el uno del otro (es, realmente, una entrevista personal). Esta entrevista está siempre vigilada por una cortesana 8o cortesano) especializado en uniones, que intentará que ambos novios vean lo mejor de sus prometidos y sepan lo necesario.

Cuando dos miembros de diferentes Clanes (o Familias) contraen matrimonio, aquel de menor Rango, entra a formar parte del Clan y Familia del de mayor Rango (si ambos son iguales en Rango, se considera su Honor, y su Gloria). Esto es así excepto para los Utaku o los Matsu (los hombres pasan siempre a formar parte de la familia de la mujer y, de hecho, se espera que hagan vida casera, cuidando de los hijos). Cualquier hijo inmaduro de este matrimonio (o uno previo) pasa a considerarse también de dicha Familia y Clan. Los matrimonios entre miembros de distintos Clanes deben estar aprobados por los Daimyo de dichos Clanes (como suele ser por alianzas políticas, no suele ser problema, sobre todo para el Clan que gana un nuevo miembro). Del mismo modo, los matrimonios que supongan un cambio en la casta de uno de los pretendientes (por ejemplo, un samurai casándose con un samurai de una familia vasalla, lo cual le elevaría) deben ser aprobados por el Emperador. Los matrimonios sin dichas aprobaciones no son legales ni vinculantes (de hecho, lo normal es llevarse a los novios, separados, y casarlos con otras personas rápidamente o, en casos extremos, ordenarles seppuku). Si una pareja es descubierta (en una relación ilícita), tienen tres opciones: o bien él se abre el vientre y ella es vendida a una casa de Geishas (eliminada su pertenencia a la casta samurai, pero aun así con un valor mayor que una Geisha normal, suelen acabar como concubinas); o bien ambos cometen seppuku; o bien son obligados a casarse de inmediato (no es necesario el permiso del Daimyo, en este caso). Todo dependerá del clan o clanes a los que pertenezcan, la buena o mala disposición de los padres o tutores a una boda, etc.

Una boda tradicional se realiza en un templo, siendo presidida por un monje o un shugenja (a menudo amigos o aliados de la familia). Acuden a la boda los miembros de la familia directa, parientes cercanos y amigos. Los ancestros y kami familiares son invocados para que sean testigos del matrimonio y le otorguen sus bendiciones y favores a los novios. El novio hace un juramento de mantenerse fiel a su esposa y a sus necesidades 8ironico dado que tener amantes es común) y ella acepta una cinta roja en conmemoración de su juramento. A continuación los novios intercambian copas de sake tres veces, dando tres sorbos de las mismas (delante de todos los invitados) y después entran en el templo para quemar siete ramas de sakaki (un árbol sagrado). Dentro del templo la novia se desprende de la primera capa de su kimono de boda (blanca, para simbolizar que "muere" para su antigua familia), descubriendo una segunda capa (roja, para representar el renacimiento. Una vez fuera, los novios son purificados con sal y la novia se desprende de la segunda capa, que se quema como ofrenda a los Kami, descubriendo una tercera capa (de alegre colorido y que suele ser en extremo cara y hermosa). Después se procede al banquete nupcial, en el que suele haber música y actuaciones en honor a los novios.

sábado, 19 de enero de 2013

Concubinas

Los samurai y daimyo rokuganeses a menudo tienen concubinas oficiales, aunque tal practica bordea la linea del deshonor. Las samurai-ko pueden tener un equivalente si son de posición suficientemente impresionante, aunque seguramente generarán un montón de rumores maliciosos. Incluso el Emperador suele tener unas cuantas concubinas, mujeres hermosas y cultas, damas elegantes en la Corte Imperial. Reciben cierta cantidad de respeto, sobre todo cuando no hay Emperatriz.

Las concubinas pueden incluir hijas de familias nobles, vendidas a casas de geishas por sus padres (la opción para samurais más modestos que no recurren a las Geishas) o dadas al Emperador como regalos del clan (un acuerdo parecido al matrimonio y que generalmente incluye dotes y negociaciones). A menudo son llamadas específicamente para procurar un heredero (varón) si la esposa no puede, no coopera o parece engendrar sólo hijas (y por tanto herederos disputables).

Las concubinas solo reciben la mitad de los rangos de Gloria que su "amo", y pueden moverse libremente dentro de los territorios de su señor. En muchos clanes reciben casi el mismo respeto que una esposa legal, y a menudo dirigen la casa del señor, siendo responsables de las finanzas y provisiones de la casa. Si no han nacido samurai, sin embargo, no reciben esta posición simplemente por asociación, aunque no se las trata como auténticas Geishas o nobles (según el caso). En ningún caso puede una concubina heredar legítimamente, aunque sus hijos pueden ser elegibles para recibir riquezas o títulos dada la relación con su padre.

Cuando el señor fallece, aquellas de origen noble se retiran mantenidas por el erario imperial (las entregadas como regalo por los clanes), con sus padres o familiares directos (solo si su señor, por su servicio, dispone que su "servicio" ha limpiado la mancha en su honor que hizo que su familia la vendiese a una casa de geishas en caso de una noble), o son heredadas por el nuevo señor (geishas).

viernes, 18 de enero de 2013

La Ceremonia del Baño

Casa de Baños
Al igual que tomar el té, el baño es casi una ceremonia por derecho propio y ningún samurai digno de dicho nombre dejará de lado por mucho tiempo su aseo personal, a no ser por causas estrictas de fuerza mayor. Desde el cortesano Doji más refinado hasta el bushi Hida más brutal, todos pasan por el mismo ritual, con ligeras diferencias.

El baño como tal puede realizarse en dos lugares (tres, si contamos asearse en un rio o lago por pura necesidad). El primero es, por supuesto, en los baños de su domicilio particular, donde resida habitualmente. El segundo es, por supuesto, en una casa de baños pública.

El ritual, una vez comenzado, es idéntico en ambos lugares.

Primero el samurai pasa a una pequeña habitación, donde hay un surtido de estanterías, en cada una de las cuales hay apiladas correctamente una serie de tinas o cubos de madera pequeños, en cuyo interior hay unos cedazos de tela de algodón, blancos, limpios y suaves. El samurai toma el cubo y en su lugar deja sus ropajes y objetos personales, dejando siempre sus espadas debajo, lo más lejos de la ropa sucia. Muchas casas de baños y los hogares pudientes, tienen un artesano, que tomará las espadas con el debido respeto y, mientras su dueño se asea, las pulirá, limpiará y reparará posibles desperfectos en el lacado de las sayas. En todo caso el samurai puede evitar que las tomen para este proceso atando un trozo de tela blanca en las empuñaduras.

Desnudo ya, pasa a la sala de baños propiamente dicha, donde hay tinas de agua fría, para que las utilice para asearse adecuadamente. Junto a estas tinas, donde llenará su cubo, suelen disponerse de los jabones, más o menos perfumados y exóticos según las posibilidades del samurai o del nivel de la casa de baños. Con estos jabones, sentado en un pequeño taburete, y ayudado de los paños que había en el cubo, se asea meticulosamente. Una criada puede ayudarles a asearse el cuerpo o el cabello, teniendo cuidado siempre de no rozar al samurai con las manos, sino solo con la tela.

Si el samurai desea teñirse el pelo, este es el momento, asegurandose de que el tinte ha calado bien y no se va con el agua.

Una vez se ha aseado completamente y aclarado adecuadamente, el samurai puede pasar a la piscina. En las casas más pobres será de agua fría, siendo de agua caliente en las que puedan disponer de ello y teniendo, los más afortunados, sus baños alrededor de fuentes termales. La piscina puede ser un barreño de madera (rellenado con agua caliente por criadas), de piedra (en cuyo caso se calienta con un fuego exterior bajo esta) o una piscina natural. El samurai puede meterse en esta y relajarse. Dentro del baño, en este proceso, se puede charlar con otros samurais que se estén relajando igualmente en la piscina, y se puede tomar té o sake, acompañado de dulces (pero no de comidas más fuertes).

Cuando el samurai se ha relajado, sale de la piscina, envolviéndose en un kimono de baño, que es un kimono cálido y grueso de algodón (muy similar a un albornoz). Con éste se seca el cuerpo, simplemente por llevarlo puesto.

Una criada o el propio samurai dan un primer y cuidadoso peinado al cabello, empapado, sin escurrirlo, dejándolo suelto después.

A continuación viene otra parte meticulosa del aseo. Aquellos samurai que por peinado o por tener vello facial (o corporal en caso de las mujeres, aunque depende de cada una), el samurai es cuidadosamente afeitado por si mismo u otra criada, tras lo cual se aplican aceites y ungüentos destinados a cuidar la piel. Las mujeres pueden eliminar su vello con una pasta hecha a partir de miel, almendras en polvo y otras sustancias, que funciona como una crema depilatoria efectiva.

Tras la eliminación del vello, los samurais que pueden permitírselo se frotan en aceites y ungüentos diversos, para perfumar todo su cuerpo. Aquellos afortunados puede que dispongan de una criada capaz de dar masajes, con lo que la experiencia es relajante, a la par que se aseguran de una correcta asimilación del perfume deseado.

Acto seguido se da un segundo peinado al cabello, que se presiona suavemente con cedazos de algodón que se han calentado enrollados alrededor de una piedra que ha estado al fuego.

Seguidamente el samurai le presta atención a su higiene dental, limpiandose entre los dientes con un palillo de madera, para después frotarlos con un trozo de bambú con el extremo aplastado hasta hacer una especie de cepillo o pincel. Seguidamente, se masca una mezcla de menta, regaliz y otras hierbas, para eliminar malos olores, antes de abrillantarlos con un trozo de algodón primero y de seda después, muy finos.

Los oidos y nariz reciben un tratamiento igualmente ciudadoso, siendo limpiados con trapos humedecidos en perfume.

Las uñas de los pies son cuidadosamente recortadas, al igual que las de las manos (aunque algunas cortesanas se las dejan largas y se las esmaltan de colores).

Cabe destacar que todo pelo, uñas u otra parte corporal del samurai en cuestión se queman en unos pequeños braseros con incienso, delante del samurai. Así se asegura de que nadie utiliza maho contra el utilizando estos pedazos.

Seguidamente se realiza un tercer peinado del cabello, ya seco, y de ser necesario se recortan las puntas maltratadas (que nuevamente se queman). Las cortesanas y samurais coquetos de cualquier condición, se perfuman el cabello con diferentes aceites y perfumes, que en muchas ocasiones ayudan a elaborar complicados recogidos y peinados.

Acto seguido el samurai vuelve a la sala en la que dejó sus ropas y pertenencias, donde las criadas tendrán ropa limpia para que se vista (el conjunto que traían, lavada, u otro que tuviesen limpio, también funcionan a modo de tintorerías) y sus espadas listas e impecables, si se las confiaron al artesano.

Notese que en un baño comunal siempre habrá una o varias criadas, para velar por la virtud de las samurai-ko, o en defecto de éstas (o en añadidura) puede estar el yojimbo de la muchacha en cuestión, que permanecerá vestido en todo momento (en caso contrario no se contará como que esté velando por su virtud, sino siendo un samurai más bañándose).

También hay que destacar que los Unicornio, influenciados por costumbres gaijin, se bañan solos, solo permitiendo la ayuda de criadas cuando están ya vestidos.

Y en caso de un baño por necesidad en un lago o rio, el samurai y samurai-ko siempre llevarán un fundoshi (ropa interior) y éstas últimas también una venda en torno a sus pechos.

Como se puede ver, el baño es un proceso lento y meticuloso que puede llegar a llevar horas. Y, aún así, no es extraño que un samurai se bañe varias veces al día.

Bañarse

Observar la correcta etiqueta samurai de baño es una tarea delicada, particularmente cuando un grupo está compuesto por ambos sexos, y miembros de diferentes casas. Lo que se considera obsceno y lo que se considera normal puede variar radicalmente entre los diversos Clanes y Familias. El baño es extremadamente importante en Rokugán. La limpieza es un imperativo, y aquellos que no se bañan ni mantienen sus ropas y armadura limpias serán tratados como meros campesinos. Además, la desnudez no tiene el estigma que supone en las culturas occidentales (lo que si que tiene el contacto físico). Con la excepción de los Unicornio (quienes, debido a la cultura extranjera que han adoptado suelen ser menos abiertos mentalmente y esta más inhibidos sobre tales cosas), los samurai de todos los Clanes y Familias no deberían encontrar ninguna dificultad en un baño compartido, con la obligatoria carabina correspondiente. Aunque una casa noble suele tener baños compartidos, algunas casas realmente ricas tienen baños separados por sexos e, incluso, baños privados para los habitantes o visitantes más importantes.

El baño compartido no se toma a la ligera.

Algunas casas de baños existen para proporcionar a los viajeros la oportunidad de mantenerse limpios y lavar su ropa y equipo. Tales casas son mantenidas tradicionalmente por samurai de posiciones menores, y atendidas por un pequeño grupo de sirvientes del hogar, a menudo aquellos que son demasiado viejos como para hacer algo más que sentarse en la cámara de baños y realizar deberes "de carabina".

En su mayor parte, mientras viajan, los samurai se asean una vez a la semana o así con una esponja; exponerse en público (sin el beneficio de una casa de baños cerrada) es tabú. Nadar también se hace con ropas ligeras, aunque los samurai no se deshonran por quitarse las ropas antes de nadar en un lugar privado. En muchos casos, que un personaje inicie un baño "con carabina" con miembros de distinto sexo en circunstancias extremas, depende del personaje, del método de baño y de su clase social de nacimiento. La hija de un señor Grulla artesano se comporta de forma diferente de lo que hace una samurai-ko que sigue la senda del guerrero; la samurai-ko puede bañarse con sus compañeros (con carabina) y compartir chanzas e incluso llegar a salpicarse (siempre que no haya contacto), mientras que la hija del Grulla deberá mantener un decoro y un comportamiento mucho más estricto.

jueves, 17 de enero de 2013

Familias Vasallas

Clan Cangrejo
Maisuna (Kaiu)
Moshibaru (Hida)
Raikuto (Hiruma)
Ugawari (Kuni)

Clan Dragón
Izaku (Tamori/Agasha)
Kouken (Mirumoto)
Sakura (Kitsuki)
Zurui (Mirumoto)

Clan Escorpión

Aotora (Bayushi)
Kochako (Shosuro)
Nanbu (Soshi)
Tansaku (Yogo)

Clan Fénix
Chukan (Asako)
Nasu (Shiba)
Shingon (Isawa)
Sodona (Shiba)

Clan Grulla
Ashidaka (Kakita)
Hiramori (Daidoji)
Katogama (Doji)
Tsume (Doji)

Clan León
Ise (Kitsu)
Kaeru (Ikoma)
Koritome (Matsu)
Seizuka (Akodo)

Clan Mantis
Hogosha (Yoritomo)
Goiraku (Moshi)
Kagehisha (Tsuruchi)
Watanabe (Yoritomo)

Clan Unicornio
Battue (Iuchi)
Marta (Shinjo)
Naoko (Utaku)
Onshigawa (Moto)

Familias Imperiales
Anou (Miya)
Hanako (Seppun)
Reju (Otomo)
Satoshi (Miya)

Clanes Menores
Kijuro (Buey)
Edakumi (Gorrión)
Koshei (Libélula)
Senkesha (Libélula)
Fukaze (Mono)
Iongi (Murciélago)
Fureheshu (Tejón)
Tashimi (Tejón)
Hyobe (Tortuga)
Someisa (Tortuga)
Byako (Zorro)
Shudo (Zorro)

miércoles, 16 de enero de 2013

Datos varios

Clan Cangrejo
Capital: Kyuden Hida
Población: 4.610.000 (258.000 samurais)
Importa: Jade
Exporta: Hierro, materias brutas

Clan Dragon

Capital: Shiro Mirumoto
Población: 1.830.000 (101.000 samurais)
Importa: Materiales de alta calidad
Exporta: Oro, minerales

Clan Escorpión

Capital: Kyuden Bayushi
Población: 1.810.000 (102.000 samurais)
Importa: Materiales en bruto
Exporta: Información

Clan Fenix

Capital: Kyuden Isawa
Población: 1.590.000 (88.000 samurais)
Importa: Bienes exóticos
Exporta: Plata, madera

Clan Grulla
Capital: Kyuden Doji
Población: 3.820.000 (213.000 samurais)
Importa: Materiales en bruto, alimentos
Exporta: Materiales de alta calidad

Clan León
Capital: Kyuden Ikoma
Población: 5.280.000 (292.000 samurais)
Importa: Materiales en bruto
Exporta: Cobre

Clan Mantis
Capital: Kyuden Gotei
Población: 1.110.000 (66.000 samurais)
Importa: Materiales en bruto
Exporta: Seda, especias, bienes exóticos

Clan Unicornio
Capital: Shiro Moto
Población: 3.650.000 (203.000 samurais)
Importa: Bienes manufacturados
Exporta: Bienes exóticos, caballos