Sobre el valor:
El camino del valiente no sigue los pasos de la estupidez.
Sobre la lealtad:
Un perro sin amo vagabundea libre. El halcón de un Daimyo (Señor Feudal) vuela más alto.
Solo hay una lealtad superior a la del samurai hacia su Daimyo: la del Daimyo hacia sus súbditos.
Sobre el Respeto:
Un alma sin respeto es una morada en ruinas. Debe ser demolida para construir una nueva.
Sobre la Excelencia:
La perfección es una montaña inescalable que debe ser escalada a diario.
Sobre la Venganza:
La ofensa es como un buen haiku: puede ignorarse, desconocerse, perdonarse o borrarse, pero nunca puede ser olvidada.
Sobre la Espada:
Mi hoja es mi alma. Mi alma pertenece a mi Daimyo. Ultrajar mi hoja es afrentar a mi Daimyo.
Sobre el Honor:
La muerte no es eterna; el deshonor, sí.
Sobre la Muerte:
El samurai nace para morir. La muerte, pues, no es una maldición a evitar, sino el fin natural de toda vida.
El camino del valiente no sigue los pasos de la estupidez.
Sobre la lealtad:
Un perro sin amo vagabundea libre. El halcón de un Daimyo (Señor Feudal) vuela más alto.
Solo hay una lealtad superior a la del samurai hacia su Daimyo: la del Daimyo hacia sus súbditos.
Sobre el Respeto:
Un alma sin respeto es una morada en ruinas. Debe ser demolida para construir una nueva.
Sobre la Excelencia:
La perfección es una montaña inescalable que debe ser escalada a diario.
Sobre la Venganza:
La ofensa es como un buen haiku: puede ignorarse, desconocerse, perdonarse o borrarse, pero nunca puede ser olvidada.
Sobre la Espada:
Mi hoja es mi alma. Mi alma pertenece a mi Daimyo. Ultrajar mi hoja es afrentar a mi Daimyo.
Sobre el Honor:
La muerte no es eterna; el deshonor, sí.
Sobre la Muerte:
El samurai nace para morir. La muerte, pues, no es una maldición a evitar, sino el fin natural de toda vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario