jueves, 27 de diciembre de 2012

La Naturaleza del Honor

“Si debes preguntar lo que es el honor, nunca lo sabrás”

Explicar la verdadera naturaleza del honor está más allá del alcance de diez ensayos de este tamaño.

Para el hombre que lo posee, el honor es algo tan sencillo de comprender como el hecho de respirar, e incluso más constante. Como se dice en estas tierras, esto una manera de medir la confianza de un personaje en sí mismo, empleando el Código del Bushido como barra de medida. Cada samurai posee una comprensión propia del Código. El código original era muy sencillo, fue establecido por el Kami Akodo “Un-ojo” cuando se formó el Imperio. Durante un milenio los poetas-guerreros y filósofos han estudiado, copiado, y comentado las palabras de Akodo, formando las únicas visiones que cada clan adopta hacia el bushido.

Pero la fruta no ha caído lejos del árbol, e incluso el más pacifico Isawa y la Matsu más agresiva pueden discutir civilizadamente -durante un tiempo- los principios de Bushido.

En el corazón de la Senda del Guerrero de Akodo existen ocho virtudes que un gran hombre debe poseer. Aunque esto se comenta mas adelante, el Rango de Honor de un samurai viene dado por cuán bien es capaz de mantener unidas esas virtudes en pensamiento y acción. Uno de los aspectos más importantes del Honor es que cuando un personaje pierde Honor, bien por acciones deshonrosas o bien por dudar de su actuación, pierde Honor sin importar que haya habido o no alguien capaz de ver el acto o percibir la vacilación, pues es éñ su propio juez.

Igualmente, un hombre de honor pudiera no ser nunca reconocido a pesar de una vida entera de servicio. El personaje es su propio juez, y no necesita a nadie más para decirle que ha perdido o ganado Honor, y nunca puede ocultarse a sí mismo su nobleza o crueldad. Porque el Bushido es un código exigente, es un tema común de representaciones y poesías (y una parte desafortunada de la vida diaria) el que un samurai se vea atrapado entre las exigencias opuestas de virtudes diferentes. Sólo los más grandes samurai son capaces de resolver estos dilemas con elegancia, sirviendo bien a su señor y a su honor.

Muchos no encuentran solución a su problema, y cometen seppuku para evitar la deshora que les traería cualquier decisión que tomaran. Otro samurai, sin ese valor o convicción, bien se deshonraría a sí mismo, o se retiraría, abandonando el bushido así como el duro camino que este representa. Algunos samurai, después de un solo acto deshonroso, desperdician el resto de su vida tratando de expiar su culpa, o recuperar su buen nombre.

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