miércoles, 19 de diciembre de 2012

Etiqueta con respeto a las visitas

1 - Cuando un samurai entra en casa de un amigo debe dejar su katana en la puerta. No hacerlo sería deshonrar a sus ancestros, sugiriendo que podría hacer la guerra en un lugar de paz, además de insultar a su anfitrión indicando que podría provocar la lucha en un lugar honorable. Las casas de té, posadas y tiendas de samurais también están bajo la misma consideración. Las circunstancias no cuentan (salvo la deshonra), un hogar es un lugar sagrado y debe ser tratado como tal. Si el samurai es invitado a casa de su Señor en tiempos de paz debe incluso retirar el wakizashi cuando toma asiento. Sólo los consejeros y guardaespaldas de mayor confianza pueden entrar armados a presencia del Daimyo. No importa el rango del samurai, lo cercano que sea por nacimiento o lo respetado de su posición, debe retirar las armas antes de hablar con su Daimyo.

2 - Cuando un samurai entra en la casa de un extraño o de un enemigo entra a su interior con las armas. Si el samurai visita a un extraño, cuando se saludan puede situar la espada a su izquierda o a su derecha. A la izquierda muestra que no se fía de su anfitrión, pues es más fácil desenvainar, y por tanto a la derecha muestra confianza. Si se coloca la espada cerca del samurai con la empuñadura hacia el anfitrión, indicará que no se estima mucho la habilidad de este con la espada. Colocar la punta de la vaina hacia el anfitrión mostrará más respeto.

Hay miembros de la casta samurai que no han sido entrenados en el arte de la espada pero aun así portan la katana. Con ello simplemente muestran su rango, pues tienen derecho a portar este arma por nacimiento. Es habitual en estos casos que la katana, la empuñadura y la vaina, vayan envueltas en seda, indicando así al resto su incapacidad para manejar el arma. Por tanto retar a duelo a un samurai con el arma enfundada en seda sería deshonroso.

Los samurais siempre lleva su katana en el obi con el filo hacia abajo, de forma que la vaina no se apoye en el filo, embotándolo. Sin embargo cuando un samurai es insultado gira la katana hacia arriba, de forma que cuando se desenvaine el filo apunte al que le ha ofendido.

Un claro signo de que un samurai es un ronin es portar la katana a la espalda o sobre el hombro, mostrando así su visión negligente del comportamiento honorable.

El Daisho es el símbolo del Samurai, y la katana su alma.

Ahora bien, la katana no es exclusiva de los Samurai mientras que el wakizashi sí que lo es. La katana la portaban también los ashigaru (soldados rasos japoneses, poco más que campesinos, entrenados en el uso de las armas). La diferencia fundamental entre una katana de ashigaru y una de samurai no era ni el tamaño ni el filo, la diferencia era la calidad.

Había Maestros Herreros que producían un daisho al año, o los 'más trabajadores' incluso dos. Así que uno se pregunta, ¿cómo demonios armaban a tal cantidad de soldados con esa producción de armas? Simple, porque aunque había Maestros Herreros, también había herreros. Por tanto mientras el Samurai querrá lo mejor para guardar su alma, un ashigaru con un 'cuchillo largo' va sobrado.

El precio de una katana o un wakizashi, tal y como aparece en el Manual, es totalmente impagable por una persona 'normal', o un simple bushi.

En el juego, los Kaiu se hartan de forjar espadas y armas, pero la calidad de las mismas es bastante baja (de usar y tirar), pero nadie se arriesga a perder su katana en las Tierras Sombrías. Eso sí, sus herreros también pueden hacer katanas de una calidad suprema, pero son herreros de batalla y no siempre tienen tiempo para ello.

Los campesinos iban a los campos de batalla y saqueaban a los muertos (aunque siempre había patrullas del ejército vencedor para impedirlo y ajusticiar a los campesinos hasta que las katanas y wakizashis eran recuperados). Estas armas saqueadas eran vendidas.. y algunos de los que compraban esas armas (o que directamente las saqueaban) se hacían pasar por ronin (el fundador del Clan del Mono es un ejemplo de un campesino que roba un daisho a un muerto).

Volviendo al tema del Maestro Herrero y su daisho anual... ¿Cómo es que no hacía más? Porque crear un daisho no era meramente un acto físico, sino espiritual. Había de ayunar antes de empezar a trabajar el metal, rezar y hacer ofrendas, etc. Casi siempre compraban el hierro necesario de las minas que a cada uno le gustaba (que podían estar muy lejos, y lo iban a buscar personalmente). Luego lo convertían en acero de forma artesanal, lo purificaban, esperaban al momento oportuno del año o mes, rezaban y cantaban, plegaban y volvían a plegar el acero miles de veces hasta que tenía la consistencia necesaria.

Pero además cada arma estaba compuesta por 3 aceros diferentes. Uno más duro en el filo para poder cortar, uno más blando en la hoja para absorber los impactos del corte y uno más rígido aún en el alma de la hoja para mantener su rigidez. Pero eso no es todo, dependiendo de la época en que se hizo el daisho, la dureza del acero y lo afilado de la hoja variaba. No era lo mismo hacer una hoja en una época de guerras donde se tenía que cortar armaduras (el filo no era tan afilado porque se podía romper más fácilmente y la katana debía ser más pesada para que su inercia atravesase las piezas de protección), como una época de paz donde no se acostumbraban a portar las armaduras (la hoja era más liviana y el filo más agudo porque había de cortar tela).

Todas estas consideraciones no pueden plasmarse en el juego de rol porque sería complicar en exceso la mecánica del juego. pero las cosas eran así. El Maestro Herrero podía tardar meses (o incluso algún año) en vender el daisho que ha creado, esperando al samurai adecuado.

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