Las samurai-ko son tratadas con el respeto debido a una dama de su
posición, ignorando su habilidad como bushi a menos que estén vestidas y
preparadas para la guerra. Si una samurai-ko está vestida con atuendo
“masculino”, se la trata por su rango militar, además (o en vez) del
social.
Las samurai-ko tienen todos los derechos de los hombres, incluidos la capacidad para gobernar una casa o tierra, hablar por su clan, e ir a la guerra en lugar de su daimyo. De ningún modo se ven restringidas sus acciones, mientras vistan actúen de forma adecuada a su posición. Las samurai-ko, no obstante, también son mujeres, y hay muchas convenciones sociales a las que los miembros femeninos de la clase samurai se espera que se atengan. Se espera que las mujeres hablen más suavemente que los hombres, usen gestos y movimientos menores, y se muevan más lentamente. Aunque no siempre se espera de las samurai-ko que sean damas “perfectas”, se espera que sigan recordando su sexo.
Las mujeres y los hombres solteros, por ejemplo, no pueden estar juntos a solas; así, las samurai-ko a menudo tienen un “criado de honor”, o una persona de su familia que las sigue, asegurándose de que cumplen todas las convenciones adecuadas y que nunca están a solas con un hombre que pueda manchar su virtud.
Las samurai-ko tienen todos los derechos de los hombres, incluidos la capacidad para gobernar una casa o tierra, hablar por su clan, e ir a la guerra en lugar de su daimyo. De ningún modo se ven restringidas sus acciones, mientras vistan actúen de forma adecuada a su posición. Las samurai-ko, no obstante, también son mujeres, y hay muchas convenciones sociales a las que los miembros femeninos de la clase samurai se espera que se atengan. Se espera que las mujeres hablen más suavemente que los hombres, usen gestos y movimientos menores, y se muevan más lentamente. Aunque no siempre se espera de las samurai-ko que sean damas “perfectas”, se espera que sigan recordando su sexo.
Las mujeres y los hombres solteros, por ejemplo, no pueden estar juntos a solas; así, las samurai-ko a menudo tienen un “criado de honor”, o una persona de su familia que las sigue, asegurándose de que cumplen todas las convenciones adecuadas y que nunca están a solas con un hombre que pueda manchar su virtud.
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