El duelo en Rokugan es el medio más antiguo y respetado de solventar
diferencias entre samurai. En un mundo donde cada palabra puede ser
tergiversada para traer el deshonor a otro, y donde las artes de la
espada son universalmente respetadas, el poder solventar estas
diferencias mediante el enfrentamiento y la demostración de la
excelencia es vital para que la sociedad funcione. El samurai es
esencialmente un guerrero, ya sea con la espada, con la magia, o con la
palabra.
Como tal, el duelo va acompañado de un ceremonial y una etiqueta compleja e inamovible, fijada en la tradición durante siglos.
El Duelo a Primera Sangre
Los duelos a primera sangre son el pan nuestro de cada día para todo samurai con honor. Ocurren constantemente, a veces incluso de forma espontánea. En el momento que cualquier samurai ve la necesidad de demostrar que es mejor que el otro, prácticamente siempre recurre a esta modalidad. Es una forma muy preciada de cerrar la boca a alguien más ingenioso/listo/locuaz que tú. Es una forma elegante de conseguir que tus argumentos tengan más peso antes de enfrentarte verbalmente con alguien ("Le ganó en duelo la semana pasada. Es mejor samurai. Fijo que tiene razón"). Es una muestra de respeto ("quiero medir mis habilidades con las tuyas"), una parte del bushido ("quiero ver el estilo de tu escuela"), y un deporte ("Practiquemos"). No requieren permiso de los daimyo (en principio; ver más abajo), no conllevan la muerte de nadie, y son bastante seguros. La mayoría de estos duelos terminan sin que ninguno de los samurai hayan desenfundado sus katanas. Basta con demostrar al otro quién es mejor. No admitir la derrota ante alguien superior es, en estos casos, deshonorable; no por la derrota en sí, sino porque el samurai se está poniendo en peligro de forma innecesaria y está arriesgándose a no poder servir a su señor de forma eficiente.
Como tal, el duelo va acompañado de un ceremonial y una etiqueta compleja e inamovible, fijada en la tradición durante siglos.
El Duelo a Primera Sangre
Los duelos a primera sangre son el pan nuestro de cada día para todo samurai con honor. Ocurren constantemente, a veces incluso de forma espontánea. En el momento que cualquier samurai ve la necesidad de demostrar que es mejor que el otro, prácticamente siempre recurre a esta modalidad. Es una forma muy preciada de cerrar la boca a alguien más ingenioso/listo/locuaz que tú. Es una forma elegante de conseguir que tus argumentos tengan más peso antes de enfrentarte verbalmente con alguien ("Le ganó en duelo la semana pasada. Es mejor samurai. Fijo que tiene razón"). Es una muestra de respeto ("quiero medir mis habilidades con las tuyas"), una parte del bushido ("quiero ver el estilo de tu escuela"), y un deporte ("Practiquemos"). No requieren permiso de los daimyo (en principio; ver más abajo), no conllevan la muerte de nadie, y son bastante seguros. La mayoría de estos duelos terminan sin que ninguno de los samurai hayan desenfundado sus katanas. Basta con demostrar al otro quién es mejor. No admitir la derrota ante alguien superior es, en estos casos, deshonorable; no por la derrota en sí, sino porque el samurai se está poniendo en peligro de forma innecesaria y está arriesgándose a no poder servir a su señor de forma eficiente.
- Ej.
Dos samurai se cruzan, con la misma Gloria, misma posición, misma
casta. SAMURAI1 se inclina ligeramente menos que el otro al saludar
(falla su tirada de Etiqueta, digamos), y el SAMURAI2 piensa que quizá
esté intentando mostrar su superioridad. Se levantan, y SAMURAI2 le pide
al otro, de buenas maneras, que le demuestre su postura de escuela.
SAMURAI2 accede. Ambos dan un paso atrás, echan mano a sus katanas, y se
miran fijamente. Al cabo de unos segundos, ambos se inclinan de forma
igual ante el otro, y SAMURAI2 se inclina de forma más profunda, como
corresponde a un samurai de habilidad inferior. ¿Qué ha pasado? Un duelo
para ver cuál de los dos samurai debía inclinarse más ante el otro. No
han pedido bokken, porque ambos sabían que, en condiciones normales,
ninguno de los dos iba a llegar a desenfundar. Pero con la sangre
caliente y la espada en mano, sabemos que eso no siempre es una
garantía... es el riesgo que hay que correr.
Negarse a un duelo a primera sangre siempre resulta en pérdida de honor. No pueden rechazarse sin mostrar a los demás que eres un cobarde. La única manera de evitarlo es utilizar la disculpa de que el samurai tiene cosas más importantes que hacer para su señor que batirse en duelo de prueba por un tema de importancia menor. Esta es una vía argumental muy arriesgada, y aún así quedará como un cobarde.
Sin embargo, hay duelos a primera sangre donde por contexto se sabe que las katanas sí van a abandonar sus sayas (típicamente, duelos para reparar insultos). En estos casos, el 90% de estos duelos se llevan a cabo con bokken; espadas de madera de gran peso, pero que no suelen herir de forma seria. Las pocas veces que se hace un duelo a primera sangre de este tipo con katana, el tema del permiso y el riesgo de muerte "accidental" influyen en la etiqueta. Un samurai que arriesga su integridad física para limpiar su honor cuando su señor puede necesitarle entero se deshonra a si mismo. En tiempos de guerra, suele ser sabio conseguir permiso del daimyo o de un superior para un duelo a primera sangre con katana. En caso contrario, y si el samurai sale mal parado y luego tiene que servir a su señor, puede llevarse un buen rapapolvos o acabar recitando su poema de muerte vestido de blanco con su wakizashi en mano por estúpido.
Además, en los duelos a primera sangre con katana a veces ocurren "accidentes". Si un samurai mata a otro en duelo a primera sangre, puede empezar a desplegar todo su encanto, su peso político y sus koku para apañar una disculpa profusa y convincente. Aún así, la familia del difunto tiene derecho a un feudo de sangre. Además, si su daimyo tiene más Gloria o Posición que el tuyo, es muy posible que le solicite a tu señor, de forma tersa y amable, que te destripes con tu wakizashi para compensar su pérdida. Así que cuidado.
En todo caso, cuando las katanas o bokken están fuera, los samurai se ponen frente a frente, se concentran, examinan, enfocan y golpean. El primero en golpear es el vencedor; el segundo ha perdido, y ya no golpea. Si ambos fallan, se saludan y vuelven a empezar hasta que uno de ellos acierte. Los Akodo y Kakita son notorios por su poca paciencia ante los desafíos largos. Si es uno de los suyos, el daimyo o sensei de estas familias suele interrumpir esta secuencia de patetismo con una orden de seppuku inmediato a su samurai para enmendar la chapuza.
Si devuelves el golpe en un duelo a primera sangre, prepárate a perder honor a mansalva. Eso sí, la hostia se la come.
Los duelos entre cortesanos en forma de competición son también muy corrientes en este contexto. Las complejidades de la corte hacen que estos duelos sean muy sutiles, pero ocurren constantemente; a fin de cuentas, el samurai de corte es un guerrero también, solo que utiliza como armas la astucia y la palabra en lugar de el acero.
- Ej.
En corte, el embajador de la Grulla y el del Fénix toman té con el
daimyo Escorpión, para conseguir una importante concesión comercial. El
Grulla hace un juego de palabras ambiguo, abierto a una posible
interpretación ofensiva. El Fénix sonríe y la devuelve, dando a entender
que los Fénix siempre han sido más listos que los Grulla en temas
comerciales. El Grulla sonríe, y dice que este tema lo podrían discutir
con una partida de Go por medio. Durante unas horas, en presencia del
daimyo, los embajadores despliegan sus habilidades de Go en un singular
combate entre intelectos. Intercambian comentarios hirientes, alguna
puñalada disfrazada con una sonrisa, una conversación velada acerca de
lo que ocurrirá si uno u otro se llevan la concesión comercial, y mueven
sus fichas, Al final, gana el Fénix. Los samurai vuelven a su té y
continúan con su charla con el daimyo, pero el Grulla no vuelve a
mencionar el tema del tratado comercial. ¿Qué ha pasado? Pues que ha
habido un desafío para llevar a cabo un duelo entre cortesanos sobre
esta cuestión.
El Duelo a Muerte
Los duelos a muerte son grandes acontecimientos, y ocurren poco. En juego, deberían ser una aventura en sí misma, desde el viaje hasta el lugar hasta su resolución y consecuencias.
Pero recuerda que el Hantei no quiere que sus valiosos samurai se destripen por las esquinas; los necesita vivos para cazar maho tsukai, combatir contra oni, gaijin, naga, recaudar impuestos, mantener a raya a los heimin... en fin, todas esas cosas que tiene que hacer un samurai. Son propiedad del Hantei, y no le gusta que sus juguetitos se rompan. Por lo tanto, un duelo a muerte necesita 2 cosas esenciales:
- 1) Permiso de ambos
señores: Los samurai son propiedad de sus señores. Para que un samurai
arriesgue su vida en un duelo a muerte, debe conseguir permiso de su
señor. Si su señor le ordena que se trague su orgullo y rechaza su
petición, el samurai debe hacerlo. Si el duelo es por una ofensa con
puntos de honor pendientes, el samurai se resta los puntos de honor de
la ofensa como corresponda, se traga su orgullo, y tiene derecho a pedir
Honor por Comportamiento Honorable.
2) Un testigo por parte de cada samurai: El testigo debe tener la misma Gloria y/o Posición que el testigo del contrario. Ser testigo para un samurai es un honor, y difícilmente rechazable si se es de un mismo Clan o familia.
Los duelos a muerte suelen ser fijados para fechas muy posteriores al desafío, entre una estación y un año normalmente, para dar tiempo a los samurai a consultar a sus señores, arreglar sus cosas en caso de que mueran, buscar testigos y entrenar a saco para asegurarse la victoria. Se pueden establecer condiciones que tengan que ver con la ofensa o el tema de disputa, pero recuerda que esto es un duelo a muerte, un momento sacro para el samurai.
Rechazar un duelo a muerte es un tema delicado. Como norma general, rechazar un duelo a muerte es de cobardes, y la cobardía es lo más repugnante para un samurai.
Sin embargo, un samurai que rechaza el desafío de otro samurai que es claramente superior (diferencia de más de 2 rangos de escuela) no pierde honor, y trae gran deshonor al que reta (puesto que está siendo un abusón). Al contrario funciona igual; el samurai que se le ocurre retar a alguien claramente superior (diferencia de más de 2 rangos de escuela) se expone a que el retado le diga que vuelva cuando le hayan salido pelillos en los huevos. Claro que, normalmente, cuando un inferior es tan estúpido de retar a un superior evidente, el superior lo acepta y descabeza al gañán sin pestañear. Otra muesca en el cinturón.
Los otros dos argumentos posibles para rechazar un duelo a muerte son:
- 1)
Diferencia de honor: Se puede rechazar un duelo a muerte si el que reta
tiene honor 1 o menos y el contrincante tiene 3 rangos de honor o más y
lo sabe (lo siente, saca una tirada de Heráldica u Honor), si no quiere
mancillar la espada de sus ancestros con la sangre de un ser tan
despreciable. Las repercusiones de tamaña declaración despectiva suelen
ser bastante contundentes para uno u otro, y alguno de los samurai
involucrados acabará casi siempre en el tatami escarbándose las tripas
con su wakizashi, pero eso va más allá del tema del duelo en cuestión.
2) Mi señor me necesita: Esta línea argumental hay que hilarla muy fina para que no desprenda un tufillo de cobardica (y aún así casi siempre lo hará), y nunca puede esgrimirse después de que se haya obtenido permiso por razones evidentes. "Mi señor me necesita" es difícil de justificar principalmente por que el duelo a muerte puede concertarse para una fecha libre a acordar entre los dos involucrados. Así que ya puedes ser útil a tu señor todos los días del año durante los próximos 5, porque si no no habrá quien se lo trague.
Los shugenja y cortesanos pueden también batirse a muerte contra otro samurai, mediante un campeón. Solamente se acepta un campeón si el samurai en cuestión no lleva katana. Si es tan chulo que porta una espada sin saber usarla, que se prepare a sufrir las consecuencias. El procurar un campeón para un duelo a muerte es todo un arte, y una de las principales preocupaciones de un cortesano. Favores, amistades, lazos familiares... todo vale para asegurar la victoria. El campeón no tiene por qué ser del mismo Clan (aunque no es lo habitual, y correrán rumores y posiblemente algo de honor se perderá por no confiar en los tuyos), y tampoco está obligado a decir quién es su campeón hasta el día antes del duelo, dando pié a múltiples intrigas, accidentes in itinere, muertes naturales prematuras, casos de combustión espontánea y otras cosas bonitas.
Se espera que el cortesano o shugenja que presenta a un campeón comparta su misma suerte. Si el campeón muere, el seppuku de su representado seguirá poco después. Si el campeón sale airoso del duelo, los patrones más honorables cogen su tanto y se hacen las mismas heridas que ha sufrido su campeón después del duelo, en un ritual de estoicismo y dolor acuclillado sobre una sábana blanca que asemeja en muchos aspectos al seppuku. Algún que otro cortesano demasiado entusiasta ha conseguido desangrarse con esta ceremonia, poniendo en un grave aprieto a su campeón... así que si alguna vez te solicitan que representes a un cortesano, asegúrate de que te fías de su inteligencia y capacidades.
Los Shugenja pueden retarse a un Tairyu Iai entre sí, una forma de duelo mágico que sigue exactamente la misma formula protocolaria que los demás duelos a muerte. Sin embargo, el Tairyu Iai sólo se permite entre dos Shugenja, y dos Shugenja solamente.
Y no, no se puede retar a muerte con una competición de origami entre cortesanos. Si eres cortesano, desembolsa tus favores, afina tus contactos, y búscate campeón.
Retar a duelo
Un delicado y estudiado protocolo rodea al reto a duelo. El duelo a primera sangre se suele retar in situ; por el contrario, el duelo a muerte se suele solicitar por escrito. La única excepción son los duelos a muerte en batalla. Estos son, evidentemente, in situ, y no requieren el permiso de nadie, ni tampoco testigos, y el tema del arma a esgrimir se convierte en algo muy relativo (aunque lo honorable es soltar lo que tengas en la mano y tirar de tu katana). Y sí, cosas muy turbias pueden ocurrir en estos duelos.
Fuera del campo de batalla, el que reta a duelo suele elegir el método. En el caso de duelos con armas, no nos equivoquemos; eso no quiere decir que el retador determina qué armas se van a usar. El duelo se hace con katana y es de Iaijutsu. Siempre. Si el retador quiere otras armas, el samurai que recibe el reto puede declinar sin pérdida de honor. O también puede decidir dar una paliza a ese Cangrejo bocazas y correrle a guarrazos con un tetsubo. Pero la opción de siempre acabar frente a frente en duelo de Iaijutsu está siempre ahí.
El samurai retado tiene derecho a elegir el dónde y el cuando. Y su deseo debe respetarse a rajatabla. Más de un bushi habilidoso con la palabra además de con la katana ha usado esta prerrogativa a su favor. Reta a un Kakita con hidrofobia a un duelo sobre una balsa en el Río del Oro, y verás lo poderosa que puede ser esta tradición si es usada con un poco de coco y si estás dispuesto a perder unos poquitos puntos de honor (eso no está bien, y tú lo sabes, malandrín...). O en el dojo de la corte donde reside su Amor Perdido... o su familia, que aún se acuerda de cuando huíste con su preciada hija... Las posibilidades son infinitas...
El Pozo Supurante de fu Leng y las Tierras Sombrías en general son, por cierto, notables excepciones.
El Día del Duelo
Una vez ha transcurrido el tiempo estipulado, los duelistas se reúnen en el lugar acordado el día antes, pasándolo en meditación y rezo y practicando katas. Se espera de los duelistas que compartan un té ceremonial juntos a medianoche, escoltados por sus testigos, simbolizando este momento el encuentro de los dos hombres a las puertas de la muerte, y se espera que todo el mundo se comporte con cortesía y honor. No siempre pasa, claro, pero eso es lo que se espera.
Al día siguiente, a la hora estipulada (normalmente al amanecer), los duelistas y sus testigos se enfrentan y el duelo se resuelve. Los dos samurai se plantan el uno ante el otro, en kimono (siempre) y con su daisho, se observan, y se preparan.
Después de los focos y el golpe, normalmente el duelo ya se ha acabado. Pero cabe la posibilidad de que ambos fallen. Según la tradición, si los dos siguen en pié tras el primer golpe, el elegante duelo se convierte en un vendaval de hostias hasta que uno yace muerto, muerto, muerto. No hay tregua, ni huida posible.
Una vez hay un vencedor, NUNCA, JAMÁS, y BAJO NINGÚN CONCEPTO se hará referencia al tema que llevó a él. Si es cuestión de quién tenía razón sobre un tema, queda claramente establecido, más allá de toda duda honorable. Si el difunto dijo que tu madre era un búfalo de agua, está clarísimo que se equivocaba. El favor de los kami, Amaterasu y Hantei lo demuestran otorgándole la victoria. Todos los puntos de honor perdidos a raíz del desacuerdo/insulto se recuperan de forma automática. La familia del vencido no tiene derecho a solicitar un feudo de sangre. Todos contentos, tema resuelto.
A no ser que uno de los samurai despierte sin piernas y sin brazos, se espera que esté donde tiene que estar a la hora señalada. "Me voy por la pata de abajo", "tengo gripe", "tojó tojó, mami, duele" son todas excusas muy manidas, y hasta el testigo de semejante mariconaza perderá Honor por un tubo. En casos extremos (envenenamiento Escorpión de turno) y demostrables (convence al testigo para que lo esgrima con cara de seriedad frente al otro... jajajaja), puede prorrogarse al día siguiente, pero el evento tendrá un aura de amañamiento y mal rollo que no desaparecerá jamás de la memoria colectiva.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarAcabo de encontrar tu blog por casualidad y me parece imprescindible para entender y disfrutar al máximo de este gran juego. Aunque con años de retraso, enhorabuena por el currazo y gracias!!
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