El cabello de un samurai es, al igual que su katana, un símbolo de
estatus. Tanto es así que lo más normal es que los samurai no se corten
jamás el cabellos (excepto para retirar puntas dañadas y demás arreglos
por necesidad). Así, desde que nacen, los niños de la casta samurai no
se cortan el cabello, pudiéndoselo recoger en coletas bajas, trenzas,
moños redondos y demás recogidos. Solo la llegar a la edad adulta (al
superar su gempukku) tienen permitido el usar la tradicional coleta alta
de samurai, el moño del samurai y todas las variantes de éstos.
Un samurai debe cuidar de su cabello a diario, si bien no lavándolo (que por circunstancias puede no ser posible, así como el aseo del resto del cuerpo), cepillándolo hasta que quede liso y sin nudos, rehaciendo el peinado (en la variante que sea) del samurai a diario. Es una obligación común que, si el samurai está en su hogar, sea su esposa la que se encargue de su cabello (aparte del suyo propio).
Notese que un campesino debe llevar el pelo corto (tal y como se lleva hoy en día), siendo la excepción a esto las mujeres campesinas, que pueden llevarlo largo hasta los hombros, pero no más allá de éstos. Esto es así a cualquier edad del campesinado.
Una excepción a esto son las geisha que pueden portar el pelo tan largo como deseen (sin llevar jamas la coleta o moño samurai, por supuesto). Los actores deberán usar pelucas, de pelo de animal.
Solo hay cuatro excepciones, en las cuales un samurai cortará su cabello.
La primera es en caso de que se retire a un monasterio, momento en el cual se rapará por completo la cabeza, tomando así un estatus visible para todos.
La segunda es en caso de deshonor. Los ronin suelen cortarse el cabello, bien manteniendolo corto después o volviéndolo a dejar crecer. La coleta de samurai así cortada suele entregarse al señor ofendido o al templo más cercano. Hay algunos ronin que se niegan a cortarse el cabello, manteniendo así una pizca de orgullo para consigo mismos. También hay samurais que, al enemigo vencido, le arrebatan aún más su orgullo cortándoles el pelo, que es tremenda humillación.
La tercera es en caso de luto. Una mujer puede cortar su cabello en señal de duelo por sus padres, esposo o hijos, ofreciendo su cabello a la pira funeraria. Samurais también pueden hacerlo con su señor, sobre todo si este era especialmente famoso, honrado o querido, como símbolo de que le acompañarán en su muerte.
La cuarta y ultima es, tan sencillo y tan complicado, como presente entre amantes. Un simple mechón de pelo se considera el regalo más íntimo que se pueda hacer, pues no sólo se regala un trozo de estatus, y del propio samurai, sino que da pie a utilizar magia sobre él, usando el cabello como vía para acceder a su persona más fácilmente (el cabello que se corta, queda en peines y demás, se quema siempre). Es una muestra de confianza casi al nivel de que un Escorpión se desvele ante uno.
En cuanto a los tintes, son los Grulla los que más uso hacen de éstos, al teñir su pelo de blanco plateado en honor a la Dama Doji (aunque los que nacen con el pelo blanco plateado y los ojos azules, los Benditos por Doji, son fácilmente distinguibles de un teñido, puesto que hasta sus pestañas son de un prístino blanco). Los León también suelen teñir su cabello, de rojo o rojo dorado, para parecerse más al animal que los representa. Otros colores de cabello (negro, castaño) son los más comunes, presentándose colores pelirrojos y rubios en los León, rubios en algunos Unicornio (aunque son muchos menos y acompañando a una piel mucho más morena) y albinos (pelo blanco simple y ojos rojos, aunque son considerados de mal agüero).
En cuanto a peinados, cabe destacar el trenzado con cintas de los Unicornio, que trenzan su pelo con cintas de seda de diversos colores, de grosor variable (llegando incluso a portar una coleta de samurai de trenzas apretadas, en lugar de pelo suelto), y del resto de peinados y variantes, hablaremos más adelante.
Un samurai debe cuidar de su cabello a diario, si bien no lavándolo (que por circunstancias puede no ser posible, así como el aseo del resto del cuerpo), cepillándolo hasta que quede liso y sin nudos, rehaciendo el peinado (en la variante que sea) del samurai a diario. Es una obligación común que, si el samurai está en su hogar, sea su esposa la que se encargue de su cabello (aparte del suyo propio).
Notese que un campesino debe llevar el pelo corto (tal y como se lleva hoy en día), siendo la excepción a esto las mujeres campesinas, que pueden llevarlo largo hasta los hombros, pero no más allá de éstos. Esto es así a cualquier edad del campesinado.
Una excepción a esto son las geisha que pueden portar el pelo tan largo como deseen (sin llevar jamas la coleta o moño samurai, por supuesto). Los actores deberán usar pelucas, de pelo de animal.
Solo hay cuatro excepciones, en las cuales un samurai cortará su cabello.
La primera es en caso de que se retire a un monasterio, momento en el cual se rapará por completo la cabeza, tomando así un estatus visible para todos.
La segunda es en caso de deshonor. Los ronin suelen cortarse el cabello, bien manteniendolo corto después o volviéndolo a dejar crecer. La coleta de samurai así cortada suele entregarse al señor ofendido o al templo más cercano. Hay algunos ronin que se niegan a cortarse el cabello, manteniendo así una pizca de orgullo para consigo mismos. También hay samurais que, al enemigo vencido, le arrebatan aún más su orgullo cortándoles el pelo, que es tremenda humillación.
La tercera es en caso de luto. Una mujer puede cortar su cabello en señal de duelo por sus padres, esposo o hijos, ofreciendo su cabello a la pira funeraria. Samurais también pueden hacerlo con su señor, sobre todo si este era especialmente famoso, honrado o querido, como símbolo de que le acompañarán en su muerte.
La cuarta y ultima es, tan sencillo y tan complicado, como presente entre amantes. Un simple mechón de pelo se considera el regalo más íntimo que se pueda hacer, pues no sólo se regala un trozo de estatus, y del propio samurai, sino que da pie a utilizar magia sobre él, usando el cabello como vía para acceder a su persona más fácilmente (el cabello que se corta, queda en peines y demás, se quema siempre). Es una muestra de confianza casi al nivel de que un Escorpión se desvele ante uno.
En cuanto a los tintes, son los Grulla los que más uso hacen de éstos, al teñir su pelo de blanco plateado en honor a la Dama Doji (aunque los que nacen con el pelo blanco plateado y los ojos azules, los Benditos por Doji, son fácilmente distinguibles de un teñido, puesto que hasta sus pestañas son de un prístino blanco). Los León también suelen teñir su cabello, de rojo o rojo dorado, para parecerse más al animal que los representa. Otros colores de cabello (negro, castaño) son los más comunes, presentándose colores pelirrojos y rubios en los León, rubios en algunos Unicornio (aunque son muchos menos y acompañando a una piel mucho más morena) y albinos (pelo blanco simple y ojos rojos, aunque son considerados de mal agüero).
En cuanto a peinados, cabe destacar el trenzado con cintas de los Unicornio, que trenzan su pelo con cintas de seda de diversos colores, de grosor variable (llegando incluso a portar una coleta de samurai de trenzas apretadas, en lugar de pelo suelto), y del resto de peinados y variantes, hablaremos más adelante.